El mundo ha cambiado, por suerte. Luego de siglos de vivir bajo el supuesto biológico de ser hombres o mujeres, la identidad de los seres humanos se ha construido de otras maneras. Hoy en día, hay formas de expresar el género que rompen con las imposiciones que encierra el hecho de ser hombre o ser mujer.
Existen expresiones que fluyen entre esos géneros y rompen la noción de lo que debe ser una persona y superan las identidades sexuales tradicionales. Estas manifestaciones se nombran hoy como parte de la diversidad sexual formada por: lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, transexuales, trasvestis, intersexuales y queer (LBGTTTIQ+).
Hoy, 28 de junio de 2021, todas las personas que se identifiquen dentro de la amplia gama de la diversidad sexual celebran el Día del Orgullo, una conmemoración que reúne a millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, no es una fecha reconocida de manera oficial por ningún organismo internacional.
En una sociedad donde el debate sobre el cuerpo de los otros es absurdo, en el que la defensa del sistema tradicional de familia y la represión de las mujeres sigue siendo la bandera de millones de personas en el mundo, el Día del Orgullo es una pausa para reconocer que el mundo es otro, que tiene que ser otro y que no importa si pertenecemos o no a la comunidad de la diversidad sexual, debemos pertenecer a la comunidad de la tolerancia, de la empatía y del respeto.
El orgullo se parece mucho a la dignidad, desde aquí espero que hoy todas las personas que han sido rechazadas, juzgadas, abandonadas y lastimadas por su manera de expresar su identidad sexual y el derecho absoluto y legítimo sobre su cuerpo, celebren que son dignos de todos los derechos y de todas las formas de amor y respeto.
