“EL Grito” es de todos, no es de Morena

Esta noche del 15 de septiembre vuelve, después de la pandemia, la ceremonia del “Grito” con asistencia de gente en la Plaza Juárez, lo que le devuelve su carácter de fiesta popular y celebración de TODOS, porque este acto tiene la virtud de convocar a todos por el solo hecho de ser mexicanos, en su entendido de tener como base el haber nacido en este país o tener esta nacionalidad.

“El Grito” no tiene un dueño en particular, el grito es de todos, y nadie puede decirse el propietario de esta celebración.

Sin embargo, en nuestro estado de Hidalgo se notan signos de que el ala radical de Morena actúa ya como si ellos fueran los dueños del “Grito”, al intentar que la ceremonia en la Plaza Juárez se convierta en un acto de Morena y no de los ciudadanos, sean del partido que sean, o de la creencias que cada quien tenga, porque el requisito fuerte para vivir el “Grito” es ser mexicanos, no que sean miembros de un partido político o de una corriente ideológica, que eso sin duda se da en la vida diaria, pero en el “Grito” todos somos iguales para celebrar y recordar el inicio de un país libre y soberano, aunque actualmente vivamos momentos difíciles.

Pero lo que se ve y se sabe es que personajes como el delegado de programas sociales, Abraham Mendoza, mueve todo un plan para convocar a muchos morenos de algunos municipios y gente de su dependencia para que se den cita en la plaza Juárez, suponemos que con la intención de mostrar la fuerza de Morena o para alguna otra intención que se puede manifestar durante la ceremonia.

En todo caso, se debe estar muy atentos para ver qué pasa con los movidos por el delegado Mendoza.

“El Grito” no es una fiesta de Morena, no es un acto político de este partido, no se puede prestar ni buscar convertirlo en un evento de propaganda de la fuerza del partido que gobierna al estado en este momento porque es una fiesta que le pertenece a toda la gente sean del credo político que sean.

Buscar convertirlo en una fiesta de Morena es igual a lo que pasó en Nayarit, donde para dejar constancia de la fuerza de Morena cambiaron los colores de la bandera por los colores del partido del presidente, en una decisión reprobable que obligó a que el gobernador saliera a ofrecer disculpas por ese error, que seguramente conocía pero que se hizo de la vista gorda para ver si no pasaba nada.

El Grito en la plaza Juárez no es para pegarle al PRI o para mostrar que el poder ahora lo tienen los guindas, es para festejar el inicio de un movimiento que nos sigue definiendo como país libre y eso vale la pena celebrarlo.

Pero lo que se percibe es que muchos morenos, particularmente los radicales o los dolidos por no haber alcanzado la gubernatura, le mueven al agua y alientan la idea de que ahora los que mandan son ellos, con acciones en que intentan poner de manifiesto que los del poder son ellos y son ellos los que deciden, incluso con actitudes que parecen brincar la autoridad del gobernador Menchaca, que ha tenido la claridad de pensar bien las cosas para decidir en su gobierno, dejando claro que el gobernador es él, porque así lo decidió la población con su voto el 5 de junio.

Menchaca no es gobernador solo de los morenos, es gobernador de todo el estado de Hidalgo y en ese entendido lo que decida tiene repercusiones en todos, porque gobierna para todos, no solo para un grupo político o para un color.

Hay muchas cosas que nos unen como pueblo y una de ellas son las fiestas cívicas como el “Grito”, que es propiedad de todos, no pertenece a una corriente política y quien busque alentar la idea de que es un acto de Morena está mal, porque es la fiesta de México y un hecho que nos une como pueblo.


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