Los debates como instrumento de difusión de las campañas rumbo a los comicios del 2 de junio se presentan en una atmósfera política enrarecida donde la constante es la precariedad de propuestas que, hasta ahora, ofrecen los y las aspirantes al Senado, a las diputaciones y presidencias municipales en Hidalgo.
El Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) gastará 7 millones de pesos para llevar a cabo los debates, tema que se suma a las implicaciones económicas de la democracia y la correlación costo-beneficio que la ciudadanía no suele tener presente, pues en el imaginario colectivo la productividad de las y los legisladores y alcaldes es muy baja y la inversión, muy alta.
En un estado como Hidalgo, que se encuentra ubicado entre los más pobres y desiguales del país, el costo del proceso electoral es un insulto para la ciudadanía y una afrenta con los partidos políticos, que son entidades privadas de interés público; es decir, el financiamiento de la partidocracia proviene del aparato público, pero se integra a un sector privado que habrá de encausar la representatividad pública.
En estrecha relación, la falta de transparencia y la disfuncionalidad de los partidos políticos como interlocutores sociales los hizo entrar en una crisis que generó un cisma democrático en México. El desastre político del antiguo régimen hizo de la democracia electoral una pantomima que generaba un costo social y financiero que ha sido percibido por la ciudadanía como una afrenta pública.
Esta percepción poco equitativa del costo-beneficio de los partidos políticos hizo que el presidente López Obrador haya insistido en los recortes presupuestales y la posible extinción constitucional de los organismos públicos autónomos. En el caso del INE y el IEEH, esto provocó una reacción de defensa estructural que no tuvo mayor acogida en la sociedad, que percibe a estos organismos como elefantes blancos.
El análisis crítico del costo de la democracia electoral también suele refrendarse en la instauración de los debates, cuyo formato no logra transmitir los proyectos de trabajo de las y los candidatos. En todo caso, suelen convertirse en arenas políticas de descalificación y no de construcción que incida en la cultura política de la ciudadanía para la toma de decisión el día de la jornada.
En todo caso, el IEEH ha tenido una postura ampliamente cuestionada por la partidocracia y la ciudadanía sobre su eficiencia orgánica y la contención de la beligerancia política que propicia, cuestiones que agravaron los desencuentros políticos en Hidalgo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
