Se aproxima un año electoral y el presidente López Obrador lo mismo incrementa el presupuesto al Ejército, a las pensiones de los adultos mayores y al salario mínimo, una medida de reivindicación laboral histórica.
Durante décadas los gobiernos que precedieron al del tabasqueño mantuvieron incrementos raquíticos al salario mínimo que en lo sustantivo eran una forma de dominio y reproducción política y económica de las élites que hicieron su agosto en el país.
El anuncio del alza al salario mínimo en 20% es poco menos que un huracán dentro del proceso electoral de 2024; esta medida del gobierno de López Obrador condensa un anhelo de justicia y reivindicación económica de los sectores desposeídos de la población, creando un ánimo de apoyo hacia el gobierno que no deja de sorprender a la oposición, que tilda estas medidas de “populistas”, mientras el pueblo las tilda de “reivindicación y justicia”.
La batalla del salario mínimo no es una cuestión menor en un país donde las asimetrías económicas son una herida histórica, por lo que es preciso identificar la proyección social que tiene y los impactos que causará en la boleta electoral de 2024, que ya se perciben como una derrota anticipada de la oposición, que tendrá que conformarse con los precarios rendimientos que pueda obtener en el Congreso, senadurías, gubernaturas y presidencias municipales.
Estamos por ver otras medidas de corte social y electoral de cara al proceso de 2024, cuestión que ya tiene pavimentado el piso para que Claudia Sheinbaum se erija sin contrapesos como presidenta de la República y el proyecto de la Cuarta Transformación siga el cauce que, inclusive, podría proyectar un tercer periodo sexenal en manos de Morena.
Es tiempo de que la oposición aprenda esta lección histórica que López Obrador ha brindado a la clase política, cuya base no es el populismo, sino la reivindicación y justicia social.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
