Una comprensión totalizante del espectro gubernamental de Julio Menchaca lo constituyen los factores extrapolíticos que se han perfilado desde las comparecencias de los secretarios de gobierno en el Congreso local y que, sin duda, han generado cuestionamientos de forma y fondo Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo); en el trazo de las zonas de vacío gubernamental del amparo social.
Factores extrapolíticos
I. La naturaleza de lo público en lo social
La ciudadanía suele ser ajena a la comprensión (y muchos de los políticos también) de cuál es la función de lo público en lo social. La respuesta es lineal: lo público es la estructura jurídico-política que garantiza el desarrollo integral de lo social en su esfera privada.
La generación de orden público en la armonía social, desarrollo cultural, estabilidad económica y de mercado, la idea de nación y el nacionalismo son condiciones de naturaleza pública que permean hacia el equilibrio social. Empero, existe una precaria difusión de los aspectos de naturaleza pública en lo social, lo que provoca una distancia de qué debe o no hacer lo público para armonizar lo social.
II. Lo público y lo privado
Niklas Luhmann en sus estudios sobre sistemas y orden sistémico, acuñó la categoría de “complejidad” que se adhirió a los análisis de complejidad social. El concepto de “complejidad”, se refiere a “oportunidad”, entre más complejo es un orden social, mayores oportunidades de desarrollo se presentan. Luhmann ponderó que el orden público está concebido para garantizar el desarrollo privado y que constitucionalmente se traza la frontera entre lo público y lo privado, lo cual presupone, como lo hace toda frontera, física, psíquica, matrimonial, política o internacional que el conflicto se aproxima.
El orden o esfera pública es diminuta en comparación al orden o esfera privada. Empero, la esfera privada requiere de la esfera pública para preservar su dinámica de acción y asociación en el Estado. Así destaca el dinamismo del mercado y los negocios, la expansión empresarial-industrial, la educación privada (legalmente articulada por lo público), la integridad cultural e, inclusive, la inserción de los partidos políticos que son entidades privadas de interés público.
III. La comunicación pública y la comunicación privada
La comunicación pública se mantiene en un propósito de difusión del Estado. Empero, tiene un impacto minoritario en la conducción social, porque las formas de conducción comunicacional privada copan la mayor parte de la vida social. En nuestros días, las redes sociales han desplazado los intentos de la comunicación pública por vincular a la sociedad con los gobiernos. Ello produce un efecto de “aislacionismo comunicacional”.
La comunicación pública de la “mañanera” que introdujo el gobierno de López Obrador y que ahora despliega Claudia Sheinbaum suele ser desvirtuada y copada por la comunicación mediática privada y social, lo cual suele truncar su conducción o intención de conducción hacia diálogos con la ciudadanía (tomemos en cuenta que una minúscula parte de la ciudadanía accede a la información mediática en el país).
IV. Cultura pública
La cultura es una dimensión polisémica (tiene infinidad de significados), por lo que debemos distinguir múltiples dimensiones: lo político, lo económico, lo religioso, lo educativo y lo social, entre infinidad de realidades.
La cultura pública que no es lo mismo desde lo público, es la madeja intrincada de concepciones sociales que hacen y vuelven intrincadas las relaciones entre sociedad y gobierno y, desde luego, entre la misma sociedad en un plano cotidiano de relaciones ambivalentes.
Estos factores extrapolíticos han sido poco analizados en su relación directa con el ámbito público-gubernamental, y se erigen como un contrapeso inercial a las estructuras de gobierno. La prospectiva política deberá generar nuevos diálogos y análisis en una sociedad que se encuentra evolucionando con condiciones cada vez más notorias de beligerancia y desencuentro social y político.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.