Siempre he considerado a la Liga del Pacífico como una liga local y egoísta a la que, escudada en su éxito, no le interesa difundir su producto ni expandirse al resto de la república. De tal forma, es caso imposible seguir su desarrollo en televisión, y lo que es peor, ni siquiera en los diarios, que han terminado por ignorarla.
La temporada actual resultó ser bastante singular: el campeón y el subcampeón de la temporada pasada, los Charros de Jalisco y los Tomateros de Culiacán, ni siquiera calificaron a la postemporada y fueron eliminados.
En los playoffs, avanzaron a una final inédita los Cañeros de Los Mochis, que tienen dos décadas sin ser campeones, y los Algodoneros de Guasave, que solamente se han coronado una vez en su historia, en 1971-72.
El equipo comandado por José Ángel Moreno fue uno de los más regulares de la campaña, pues terminó con un récord positivo en la primera vuelta, mientras que en la segunda finalizó en primer lugar, siendo el segundo sembrado. En la primera ronda eliminaron a los Mayos de Navojoa, en cinco juegos, y en la segunda a los Yaquis de Ciudad Obregón.
Por su parte, la escuadra de Óscar Robles tuvo una gran primera mitad, aunque en la segunda consiguió un récord negativo, acabando como cuarta en la siembra. Batallaron al eliminar, en siete juegos, a los Sultanes de Monterrey, y tuvieron que hacer lo mismo con los favoritos Naranjeros de Hermosillo.
El ganador de esta final inédita representará a México en la Serie del Caribe, que se celebrará en Venezuela.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
