En el colapso de las lógicas sociales la humanidad está perdida; el mundo se encuentra al borde del desastre ecológico debido a que el consumo de los alimentos ha sobrepasado la capacidad de las cadenas productivas y esto puede prever un futuro desabasto a nivel internacional.
Desde hace décadas que el planeta sufre ante la inconsciencia social y los apetitos de mercado que han estresado las lógicas de consumo, creando un Levitán que amenaza con llevarnos al límite de la existencia. La depredación de las grandes potencias, que han impuesto desde su moral hasta el estilo de vida de una humanidad en “progreso”, ha creado la barbarie inenarrable en la que nos encontramos, donde lo mismo el hambre es la constante de la mayor parte del planeta, como ahora los estragos de la pandemia advierten que el ecosistema no piensa, pero percibe y responde.
La lógica de imponer en la dieta carne de diferentes animales ha causado la escasez de agua, pues para producir el equivalente a una hamburguesa se requiere el agua que usaría todo un mes una familia de cuatro personas y, por si fuera poco, el gas metano que desprenden los animales es mucho más pernicioso que el de la polución de las empresas y los automóviles, pero ¿quién detiene a la industria de la carne?
Aunado a ello, nos encontramos en la Edad de Piedra en cuanto al reciclaje de basura y desechos tóxicos, al grado que el planeta es un gran basurero, un paisaje desolador donde miles de especies de flora y fauna desaparecen anualmente, dejando una grave perspectiva de muerte que presagia la extinción de la humanidad.
No obstante, la omnipotencia de grandes magnates como Jeff Bezos, que viaja al espacio con el desparpajo de quien va a un paseo por el parque mientras la mayor parte de la humanidad se caga de hambre, nos enseña que poco o nada hemos aprendido a lo largo de la historia, porque escupimos al cielo y la suciedad nos cae en el rostro como lluvia ácida o como destello de contaminación.
La mayor parte del agua ya no es potable; la tierra que alguna vez fue el Edén, hoy está desnutrida, asemeja a una madre raquítica que no puede amantar a sus hijos y, si lo hace, solo les genera desnutrición y hambre.
¡Sí: somos una humanidad perdida!
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
