Jorge Márquez y Alejandro Efraín Benítez, víctimas de venganzas y rencores

Jorge Márquez, alcalde de Tulancingo, venció en las elecciones de octubre al Grupo Universidad de Gerardo Sosa -ahora en la cárcel-, en lo que se debe considerar la estaca mortal en el corazón del vampiro, por lo que significaba para ellos volver a la vida como grupo poderoso y, pese a todas sus maniobras, su abanderado y hermano del líder, Damián Sosa, como dicen los clásicos “mordió el polvo”. 

Este es un primer caso que ya provocó en los fieles del patrón una reacción de venganza y rencor.

El segundo caso, es el que se dio en contra del secretario de Salud, Alejandro Efraín Benítez, por haber hecho valer la normatividad en la aplicación de la vacuna, que indebidamente se la pusieron a la secretaria general de la sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud del estado, Sonia Ocampo, provocando que el titular de salud quitara de la dirección del hospital al doctor que tenía esa responsabilidad.

La respuesta no fue la renuncia de Sonia Ocampo, como era de esperar por este abuso, sino una serie de maniobras cínicas para hacer aparecer como indebida la exhibida que todavía se le da a la abusiva líder sindical.

 

OTRA VEZ LOS DIPUTADOS DE SOSA

Se nota que la derrota de Damián Sosa en Tulancingo les dolió en el alma, en el orgullo y en el sentimiento de grandeza que todavía piensan que tienen, porque dos diputados de ese grupo: Corina Martínez y Salvador Sosa, hijo de Damián, salieron con el cuento de que Jorge Márquez había comprado coches nuevos para su administración, algunos de ellos de lujo, que hablaba de insensibilidad e irresponsabilidad en un momento en que bien se pudo usar ese dinero para medicamentos.

Unos hermanos de la caridad ni más ni menos.

Pero, con toda seguridad, no esperaban la respuesta contundente del alcalde que les dijo, a estos dos defensores de su grupo, que no fueran mentirosos, porque los vehículos comprados eran para el trabajo de los servidores del ayuntamiento y, que antes de hablar se enteraran, porque no había tales autos lujosos y que era natural que no supieran de lo que hablaban porque por Tulancingo, nomás no van.

En otras palabras, que son mentirosos o chismosos, que hablan sin saber la verdad y que ya era hora de que se dieran una vuelta por Tulancingo para no andar de lenguas largas.

 

EL SECRETARIO DE SALUD

Hicieron circular un supuesto documento oficial en el que mostraban que el mismo titular de Salud se había vacunado, junto con otras personas de la Secretaría. Con claridad, Alejandro Efraín Benítez señaló que era un documento FALSO con mentiras como una CURP que no era la suya.

 

¿POR QUÉ?

Esto de inventar documentos, como en el caso del doctor Benítez y en el caso de los diputados mentirosos contra Jorge Márquez, es muestra de que cuando se pierde ante la verdad, la reacción llega a ser de odio, con la intención de dañar y destruir, sin asomo de buscar aclarar la situación con argumentos porque no se puede y, entonces, se inventan cosas para cuestionar y dañar, en este caso, la figura de un alcalde y un secretario. 

Lo que se ve es que hay rencor, envidia y un deseo enorme de venganza por los medios que sean, con tal de dañar.

Al final, la verdad pone a cada quien en su lugar y queda claro que, en muchas ocasiones, llegan a cargos de responsabilidad social gentes que no se lo merecen y que dañan a quien se les ponga enfrente por ambición o por serviles a un patrón.

Al que le quede el saco… que se lo ponga.

Avatar photo

Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


ARCHIVADO EN:
, , , , , , , , , , , , ,



Avatar photo

SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.