Uno de los estrenos infantiles más esperados del año es la cuarta entrega de Toy story, una de las mejores animaciones de todos los tiempos, y que incluso obtuvo un óscar a la mejor animación,
El guión de John Lasseter y Andrew Stanton resulta muy sencillo e inteligente.
Bonnie (Madeleine McGraw) es la hermana menor de Andy que ha heredado todos sus juguetes, pero ha llegado a la edad en que debe ir al jardín de niños.
Woody (Tom Hanks), al ver que tiene miedo, decide acompañarla de incógnit y ve como ella construye de desperdicios, un juguete al que bautiza como Forkie (Tony Hale).
Los problemas comienzan cuando Forkie no se siente un verdadero juguete y quiere terminar en la basura, por lo que Woody debe convencerlo de que es muy especial para Bonnie.
Desde los inicios de la saga en 1995, Pixar la convirtió en una de las más entrañables de la historia, con secuelas en 1999, y una tercera parte en el 2010.
Casi una década después la dirección ha sido encomendada a John Cooley, que aunque debuta tras las cámaras, ya había trabajado en filmes como Intensamente y Up, y trata con mucho respeto y buen gusto a los personajes ya conocidos y a los nuevos.
Toy story 4 resulta pues un filme entrañable que puede disfrutar toda la familia sin el menor reparo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
