La caída del sistema

En medio de extrañas circunstancias, ayer se llevaron a cabo las elecciones para renovar los ayuntamientos en Hidalgo. La jornada fue particular por muchas razones: irregularidades, errores “inesperados” del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) y su estrategia para los conteos preliminares, la falta de participación y la crisis de covid-19. 

En la lucha por el poder, el camino nunca es una línea recta. De sobra conocemos las artimañas de los partidos para garantizar votos y con ello, su permanencia en la escena política del estado. Y aunque hay guerras más sucias que otras, la que vimos ayer nos obliga a pensar quiénes mueren en el campo de batalla. 

Hoy no contamos con resultados avalados por las instituciones responsables del proceso electoral porque hubo una “falla del sistema” en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) implementado por el INE y la herramienta emergente del órgano electoral local llamada Preliminares Hidalgo 2020. Así es: dos escalas de la misma institución fallaron el mismo día en algo que llevan haciendo durante años. 

Material electoral en Zacualtipán y San Agustín Metzquititlán fue quemado con lujo de violencia, miles de votos fueron comprados por todos los partidos (ninguno se salva), pues la política ha sabido vender promesas con artimañas tan arcaicas como una playera o una despensa, o con la promesa de un beneficio que jamás llegará. Lo triste es que todo esto sigue funcionando. 

Habría sido fantástico que con nuestro voto, el sistema que nos preocupa se hubiera caído, pero el único que se cayó fue el responsable de hacer los conteos. El otro, el sistema de poder que nos tiene sumidos en la pobreza, la incertidumbre y la corrupción, seguirá triunfando mientras haya quiénes aceiten la enorme y sucia maquinaria del poder.  Y nosotros, los ciudadanos de a pie, vamos a seguir perdiendo. 


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