La comprensión ontológica 60

¿Los ha picado una serpiente?

    Se dice «morder», no picar.

    Pican con los colmillos ¿no?

 

60.1    Mi respiración agitada era lo que más escuchaba, además del intenso ruido de mis pasos dificultados por la arena, el sentir de las piedras y, dolorosamente imperceptible, las espinas adhiriéndose a mis piernas. Mi visión entrecortada, en extremo agitada y, por momentos, desenfocada. El sudor corriendo por mi rostro, el esfuerzo aumentando al máximo y, trágicamente, mis fuerzas descendiendo.

Lo que impedía detener-me eran los gritos en aumento de constante amenaza a mis espaldas. Por momentos sentía que me alcanzaban. Fueron los peores momentos.

 

60.2    La historia de la metafísica es la historia de la verdad absoluta, i.e., de las verdades absolutas y, por supuesto, esto significa que ninguna de éstas es la verdad absoluta. Aunque podría ser la suma dialéctica de todas, en ese sentido dichas verdades contendrían el absoluto aunque ninguna, por sí sola, sería absoluta. Por ejemplo, Platón y sus Ideas, Aristóteles y sus Formas, los medievales platónicos y los aristotélicos, la epistemología racionalista y la empirista, Kant y su imperativo categórico, la autoconciencia del absoluto y, según Hegel, la historia de la metafísica concluye con él.

    No obstante, hay otro modo de ver la suma: en vez de contradicciones, diferentes universos no necesariamente contradictorios, i.e., los universos no se contradicen sino que plantean cosas distintas. Es decir, en lugar de pensar que cada doctrina filosófica niega a su antecesora, observar que cada doctrina responde a una pregunta distinta. La forma lógica puede ser la misma, e.g., ¿Qué es la justicia?, empero, los problemas relacionados a ésta configuran un planteamiento distinto en cada caso.

    ¿Qué es la justicia?, me preguntaba mientras observaba a un diminuto ratón color gris con marrón, la pequeñísima yerba que mordía y, a la distancia, el crepúsculo color violeta en el firmamento del imponente desierto. Estaba escondido en un pequeño hueco que me sirvió de escondite cuando mi cuerpo estaba a punto de desfallecer, las voces de amenaza de una turba razonablemente furiosa se acercaba progresivamente y mi único, aunque no seguro escape, fue dicho hundimiento de piedra en la arena. Una especie de ceja que, apenas a un par de metros, ya se camuflaba por entero. Desde ahí vi pasar a uno de mis persecutores, luego escuché muy cerca a un caballo y, después de varias horas, dejé de escuchar por completo. Solamente la tierra, el cielo y la voz del desierto.

    La justicia se vive, no se dice.

 

60.3    El dilema no era salir de mi escondite sino en qué momento hacerlo, otro residía en la dirección que tomaría, rumbo al camino donde podría reconocerme algún individuo de la turba o adentrarme al desierto donde mis posibilidades de sobrevivir eran nulas. Ambas elecciones implicaban terribles situaciones, no obstante, entre morir por humanos y morir por la naturaleza prefiero infinitamente a la naturaleza. El segundo dilema se resolvía, empero, el primero permanecía abierto.

¿En qué momento?

A medianoche me asomé levemente y, sintiendo un fuerte escalofrío, noté una camioneta con varios sujetos armados a poca distancia, una longitud en que podía ser visto con facilidad. La ventaja de que me buscaran en vehículo era que, mientras me mantuviera guarecido, no se acercarían a mi escondite rodeado de piedras. Volví a ampararme entre la tierra y, para calmarme, me puse a filosofar.

    ¿Por qué la metafísica?

 

60.4    Un pausado sonido de cascabel, abro los ojos interrumpiendo mis pensamientos y, clarificando progresivamente mi visión, una serpiente enroscada a poca distancia entre las sombras de la noche.

 

Continúa 61

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".