La gran maestra

Desde hace días, varias ciudades del país han experimentado las consecuencias del desabasto de gasolina y la gente arde en opiniones en todos los medios de comunicación. Este tema nos obliga a mirar más allá de la propia escasez de combustible, pues nos exige analizar todos aquellos asuntos pendientes que tienen que ver con la forma en que vivimos en las ciudades.

Uno de los temas que salta a la vista es el de la movilidad, entendida ésta como el conjunto de desplazamientos que las personas realizan a través del espacio con el fin de satisfacer necesidades de carácter económico, laboral y cultural. La falta de combustible pega justo en la forma en que nos desplazamos y subraya la dependencia que en las ciudades tenemos del auto y de los transportes que funcionan con gasolina, pues sabemos de sobra que México, y especialmente de nuestro estado, no cuentan con una estrategia de movilidad sustentable que nos permita hacer frente a este tipo de contingencias.

Pero el asunto no va sólo de no encontrar combustible en las estaciones de gas, tenemos que pensar en cómo están organizadas nuestras vidas en función del espacio. ¿Por qué tenemos que viajar tanto? ¿Por qué nuestros desplazamientos resultan tan complejos y al mismo tiempo necesarios para nuestra subsistencia? ¿Por qué dependemos tanto de transportes contaminantes y poco efectivos?

En esas respuestas, la gasolina tal vez no tenga un lugar tan importante como la falta de una política de vivienda y de ordenamiento territorial efectiva que simplifique la forma en la que vivimos en las ciudades, la forma en que nos desplazamos en nuestro día a día. La escasez es una gran maestra que ahora nos enseña que no sólo se trata de gasolina, no sólo se trata de una enorme cloaca de corrupción y falta de infraestructura; no sólo se trata de opiniones inundando las redes sociales ni de ciudadanos tomando partida por una transformación o por otra, se trata de darnos cuenta que hemos construido ciudades y formas de vida que colapsan a la menor provocación y que mientras seguimos peleando sin sentido, este país, siguiendo la metáfora, se está quedando sin gasolina.