La hora de Jessica y del Congreso

El año 2021 será, por la pandemia y sus efectos en la salud y no menores en la economía, un año en el que se debe caminar con tiento y con mucho cuidado, porque a ello se debe sumar el hecho de que la federación entregará menos recursos a Hidalgo, lo que reduce la posibilidad de maniobras en todos los renglones.

La secretaria de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, diputada Mayka Ortega, informó que a nuestro estado le redujeron de las aportaciones federales unos 2,300 millones de pesos (mdp), de tal manera que si en el 2020 se recibieron en números cerrados más de 50 mil mdp, para el 2021 serán unos 48 mil millones.

Si a esto se suma que el apoyo para enfrentar la pandemia no ha sido bueno, se podrá tener un panorama de lo difícil del año que viene.

El caso es que se tiene menos dinero para gastar y hay urgencia para hacerlo y dar respuestas a verdaderas emergencias en salud y economía.

En medio de este drama, tenemos una ventaja, contar con Jessica Blancas, una secretaria de Finanzas que es una figura nacional y, que atendiendo las políticas públicas del gobernador Omar Fayad, ha logrado posicionar a Hidalgo entre los mejores en el ejercicio del dinero público, al igual que en transparencia, en logros, en acciones y hechos.

Lo mismo se puede decir del resto del gabinete con José Luis Romo, Simón Vargas, Carlos Muñiz, Lamán Carranza, José Luis Guevara, Raúl Arroyo, Eduardo Javier Baños, entre otros.

Del mismo modo, se tiene a favor un Congreso más responsable en esta hora, para este tema, en comparación con el que decidió los presupuestos anteriores, sobre todo los del Grupo Universidad que cometieron acciones reprobables con las que abusaron del dinero público para favorecer a la Universidad, donde manda Sosa, y se atrevieron, incluso, a querer disponer de 750 mdp para sus asuntos electorales en 62 municipios y con acciones que sólo tenían la intención de estorbar al gobernador Fayad, porque atendiendo, seguramente instrucciones del búnker, lo consideraban no un rival, sino un enemigo.

Parece que las cosas han cambiado, con el jefe en la cárcel, derrotados en la elección de alcaldes y con sus abanderados ninguneados y apaleados de fea manera, como Baptista, y ya sin los reflectores que llegaron a tener en algún momento Roxana, Mayorga, Corina y otros de infeliz memoria.

Ojalá que no se les ocurra sacar las uñas en el presupuesto.

Es muy difícil el 2021, pero tenemos con qué hacerle frente.

Y eso es encender una luz en la larga noche del año que viene, porque  el dinero se utilizará con sabiduría y con atención a lo prioritario, sin descuidar los otros escenarios del problema.


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