La humanidad ideal

La humanidad está en una profunda crisis existencial, pues no halla la manera de retomar un camino que no se rija por valores como la riqueza y la acumulación, en lugar de la solidaridad y la fraternidad.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Recientemente en una conferencia me preguntaron cuál es la humanidad ideal. En oposición a la construcción del “tipo ideal Weberiano”, en donde la interpretación debe aproximarse a la realidad para tener certidumbre, la pregunta iba hacia los anhelos de cómo nos gustaría que fuera la humanidad y sus planteamientos sobre la construcción social y de la sociedad.

La pregunta entonces se vuelve compleja, porque está impugnando la realidad que hemos construido como humanidad, donde prima la inequidad y construir una vida digna es ir contra corriente.

Mi respuesta es la de la distopia de la sensatez cruenta en que vivimos, donde replantear la realidad implica cuestionar al género humano descarnado y desprovisto de la demagogia y el gatopardismo que lo cubren más allá de la superficie, y con ello entrar en la cruenta condición humana que intencionadamente, a partir de que cayó en la competencia y no en la colaboración social, entregó al espíritu del egoísmo ciego y la mezquindad el valor supremo del mercado como la realización de vida-consumo y no del punto de interacción para compartir el fruto del trabajo.

Entonces, riqueza y acumulación se convirtieron en tesoros de la conducta, dejando de lado la solidaridad y la fraternidad, cuestión que hasta ahora ni las religiones han podido curar, porque muchas de ellas se basan en la construcción no de la humanidad terrena sino de la espiritual, dejando huérfana a la religión terrena que debe actuar no para censurar la condición humana, sino para traer ese reino espiritual a lo cotidiano.

Filosóficamente, la humanidad ideal es el preámbulo abierto al rechazo de la realidad que construimos, por lo tanto, no es una alternativa plantearnos una humanidad ideal, sino el refugio inconsolable de la podredumbre de la realidad en la que vivimos y que, por opresión, sumisión o inconsciencia no podemos modificar.

La utopía se cumple cuando desde la realidad le brindamos elementos para que se cumpla, no cuando es un anhelo al estilo de la metáfora agónica del náufrago.

 

Consultoría política y conferencias: [email protected]

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.