La importancia de hablar y ser escuchado

El 6 de mayo se cumplieron 164 años del natalicio del padre del PsicoanálisisSigmund Freud, quien es famoso en la actualidad por su ‘participación’ en una serie de ficción que trata de un joven médico (Freud) que acompañado de una ‘médium’ busca resolver casos policiacos con un toque de justicia social. Aunque la serie es inexacta en algunos datos biográficos e históricos, rescato que nos permite ver algunas de las muchas ideas que Sigmund aportó a la compleja labor del entendimiento humano.

Austriaco de nacimiento, médico de profesión, inquieto, coleccionista y curioso. Freud es un personaje polemizado por sus teorías (hablar de la sexualidad de un niño le valió la quema de sus libros), por sus técnicas y por la clandestinidad en la que ha navegado el Psicoanálisis como método de cura.

Pero si algo no se le puede reprochar a Freud es haber priorizado el escuchar a quienes los demás médicos no querían escuchar, innovar nuevos métodos de cura e indagar en los pensamientos más profundos que normalmente solemos encerrar. Este encierro, llamado represión, es uno de los principales mecanismos de defensa que utilizamos para evitar que nuestros más oscuros deseos nos dominen. 

Por un lado tenemos al sujeto consciente, despierto, intentando no dejarse dominar por sus pensamientos más arcaicos-salvajes y, por otro lado, al sujeto inconsciente que en sus sueños cumple sus mayores deseos o se acerca a sus peores miedos. Son los sueños, justamente, la manera más rápida de conocer el inconsciente de las personas.

Hablar pasó de ser un asunto meramentecatártico (liberación de los recuerdos que alteran la mente) a un método que mediante la asociación libre del paciente, la escucha flotante, la interpretación, el esclarecimiento y la confrontación del analista logró hacer consciente lo inconsciente, consiguiendo evitar repeticiones patológicas, traumas de la infancia y demás situaciones tormentosas para el paciente. La asociación libre es el método descrito por Freud como la «regla fundamental del Psicoanálisis», la cual consiste en que el analizado exprese, durante las sesiones, todas sus ocurrencias, ideas, imágenes, emociones, pensamientos y recuerdos sin guardarse nada, por más vergonzoso o privado que sea, que es precisamente lo que diferencia a analizarse o ir a contar los problemas a un vecino, a un amigo, o confesarse.

El hecho de que hablar y trabajar con lo indeseable, con lo que nadie quiere, con aquello sumamente vergonzoso y terrorífico, sea un objetivo del Psicoanálisis, provocó que esta labor arqueológica, llena de misterios, se haya convertido en una propuesta totalmente seductora,acercando a un sinfín de personas interesadas en hablar de eso que las reglas morales imposibilitan.

Si bien el Psicoanálisis Freudiano surgió como una atención clínica a las personas, no sólo dio voz al lado oscuro de nuestra personalidad, fue más allá y analizó a la sociedad y a la cultura. Hablar de Psicoanálisis es hablar de arte, de historia, de novelas, de películas, de amor, y a pesar de que la filosofía y las ciencias han renegado del Psicoanálisis, fue tanto el impacto que las teorías freudianas forman parte de las tres grandes irrupciones en el mundo del saber:

1)      El fracaso del mito de que la Tierra era el centro del universo, provocado por la teoría heliocéntrica de Copérnico.

2)      El fracaso del mito de nuestro origen divino, provocado por la teoría darwiniana de la evolución de las especies y  la selección natural.

3)      El fracaso del mito de la absoluta racionalidad de los actos humanos, provocada  por la teoría del inconsciente de Sigmund Freud.

Sin duda, Freud fue un adelantado a su época, su manera de ver el mundo aún perdura, inclusive innovó con la ‘terapia a distancia’, tan utilizada en momentos de distanciamiento social, pues realizó diversos análisis mediante el intercambio de correspondencia postal.

Freud le dio sentido a las palabras, renombró las imágenes y estableció la necesidad de no creer que todo lo que pensamos tiene una lógica común.

Hablar y ser escuchado da lugar a nuevas concepciones sobre las personas, a reformularse situaciones cotidianas y a entender el porqué de las cosas. La importancia de hablar radica también en estar acompañados en esos momentos sinuosos y confusos, en palabras de Freud: ‘La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas’.

Hable de lo que sea, pero hable.

Por: Omar Méndez Castillo

Psicología y Psicoanálisis por la Universidad Autónoma de Nuevo León; Psicología social por la Universitat Autónoma de Barcelona. Oaxaqueño de nacimiento y regiomontano por adopción. Intereses en la educación, el género, el bienestar social, los grupos vulnerables, la participación ciudadana y los deportes. Se ha desarrollado como Psicólogo clínico, funcionario público, consultor, editor y catedrático.


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EL RAVAL - Omar Méndez Castillo

Psicología y Psicoanálisis por la Universidad Autónoma de Nuevo León; Psicología social por la Universitat Autónoma de Barcelona. Oaxaqueño de nacimiento y regiomontano por adopción. Intereses en la educación, el género, el bienestar social, los grupos vulnerables, la participación ciudadana y los deportes. Se ha desarrollado como Psicólogo clínico, funcionario público, consultor, editor y catedrático.