El acto con el que el PRI HIDALGO celebró en el estado su 93 aniversario sirvió para intentar dejar constancia de que es un partido unido, que apoya con todo a Carolina Viggiano como su apuesta por la gubernatura y que es un instituto político con una presencia histórica que le ha dado a México instituciones y certeza para crecer en orden y en paz.
Los oradores: Julio Valera, Carolina Viggiano, Alejandro Moreno y el gobernador, en su carácter de primer priista, buscaron en todo momento dejar claro que están unidos y que no tienen cuarteaduras pese a diferencias, que Viggiano cuenta con el apoyo de todos y que están listos para ganar la gubernatura; y a futuro, en palabras de su dirigente nacional -del que se dice aspira a la candidatura presidencial-, ganar Palacio Nacional en en el 2024.
Bien estructurados los discursos de Omar, Carolina y Valera y dando la impresión de ser un discurso dicho mil veces el de Moreno.
Quedó claro que el PRI se siente dueño de lo que es México, a través de las instituciones que tiene o tenía el país y que unidos son poco menos que invencibles y, en esa línea de conceptos, que van por la gubernatura con Carolina Viggiano, que en su intervención terminó con un: “Viva San Juan Ahuehueco”, que fortalece origen y destino.
Sin duda, el PRI tiene razón y argumentos para reclamar méritos en el país que somos, porque es el partido que ha gobernado México en la mayor parte del tiempo de vida de esta nación, y lo mismo aplica para Hidalgo donde lleva 93 años como partido gobernante.
Sin embargo, si bien en esta hora y momento en nuestro estado lo que se pelea es la continuidad del PRI en el gobierno, ni duda cabe que la lucha real es contra su pasado que ya le cobró la Presidencia de la República al partido tricolor, en algo que resulta lógico, porque en 93 años se tienen muchos aciertos, pero también muchos desaciertos.
Y la ciudadanía -por lo menos en la elección de presidente y de gubernaturas-, hace poco dejó claro que se cobra las facturas de abusos y corrupción.
La lucha contra su pasado es el reto, con la urgencia de dejar claro que se tiene conciencia de ese pasado y que se combatirán las causas y razones que provocaron ese escenario de abusos y corrupción.
La lucha se da en este momento por la gubernatura, pero el fondo es la lucha contra el pasado de muchos aciertos, pero también de errores que provocaron en la gente el deseo y decisión de quitarles el poder.
Las palabras cuentan, sin duda, pero nunca más que los hechos y acciones.
