Sin el rostro de liderazgos que puedan fracturar las imágenes mesiánicas de la conducción del poder político, el vacío de la democracia representativa es poco menos que la lógica del despropósito de la verdad oculta de la evolución política que esconde desde el mesianismo las carencias de la concreción de la tarea pública para garantizar la generación de oportunidades y la redistribución de la riqueza en México.
En los hechos, lo único que se ha redistribuido entre la población es la pobreza, la cual sigue siendo lacerante y evoca realidades inconexas entre los planes y programas de gobiernos (pasados y presentes), que no logran erradicar las aterradoras imágenes de la desigualdad en una sociedad que sigue presentando estamentos cuyos privilegios son inexorables.
En esta lapidaria realidad, la verdad oculta de la evolución política es que la democracia no ha evolucionado, sino que se ha convertido en el instrumento de involución de la sociedad que la rebasa, enclaustra y esclaviza, al grado que la retórica del porvenir desde el púlpito político es un eco sin voz para el pueblo.
Pasma el corazón el hecho de que la clase política no haya sido el factor de peso para el desarrollo del país y que las inercias del mercado sean las que conducen el ejercicio de gobierno y no a la inversa; por ende, las élites económicas han engordado con base en la explotación laboral, mientras el ciudadano se encuentra cada días más famélico, al grado que su raquitismo es la desesperanza de generaciones.
Esto impide a la ciudadanía crear nuevas formas de organización y tener interlocutores y conductores sociales válidos, que incidan en la creación de una nueva estructura de poder público nacional, que se edifique en la horizontalidad de las expectativas sociales para asegurar la generación de oportunidades para los que menos tienen, invirtiendo la lógica que ha primado en los beneficios de cúpula de las élites que han hecho del Estado un instrumento de control social.
Esta realidad impone reescribir el contrato social, asegurando que, sin importar el régimen político que se articule, sea la voz horizontal de los ciudadanos la que permita construir la evolución política, no como una verdad oculta sino como la culta evolución de la política.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.