De las candidaturas independientes

“A mí me llaman el loco, porque loco nacía,
la verdad sí estoy loco, pero loco por ti”

 

Si me lo ha contado mi abuela no lo he creído, pero como la ocasión la pintan calva, es tiempo de admitir que la política en México es el preámbulo de un circo que día con día se vuelve trágico y que la hilaridad se convierte en herida social.

¿Se acuerdan de La Castañeda, no del grupo de rock, sino del manicomio? Pues bien, el circo de la política se ha convertido en eso y el desatino es de tal magnitud, que ahora la sociedad oscila como veleta ante tanta pendejada que el viento lleva.

Las candidaturas independientes, que en un momento fueron la acogida de los “no políticos al poder”, hoy es una tertulia de la pendejería que da risa y miedo; risa porque la mayoría de los del escenario están para la risotada, y miedo porque más de alguno podría tener por ley de probabilidad, en los hechos, la posibilidad del poder.

Los independientes no son sólo rencorosos que emigran o defeccionan de partidos políticos; los hay con justa razón, como María de Jesús Patricio, como también huéspedes del poder que lo que buscan son visiones equívocas y pérdidas de la Nación, o crear un coto de poder para uso personal y de grupo.

Los independientes no son tan independientes: suelen tener ataduras políticas, amarres, contubernios y aparentes tendencias ideológicas; lo mismo responden a un grupo económico que delictivo, lo mismo son luz que sombra. En definitiva, ni son todos los que están, ni están todos los que son.

Pero, ¿a qué responde el ascenso numérico de los independientes? No se trata de ciudadanos conscientes del malestar en la política y en los políticos; son ínsulas extrañas que no abanderan, necesariamente, a alguien, por lo que todavía son más escurridizos que los políticos conocidos, y con ello no estoy legitimando a los que ya están.

Los independientes son el rostro no sólo del malestar político y el desdén ciudadano sobre lo que huele a político de partido, sino también el rostro de la pobreza política que como ciudadanos tenemos en nuestro ser, cuestión que nos hace ver famélicos como sociedad.

Todo apunta a que ningún independiente ganará la Presidencia de la República, y la cantidad de ellos es el mejor botín para los candidatos que pertenecen a los partidos mayoritarios, porque al quitar votos regalan votos a las fuerzas mayoritarias. Así que, en estos momentos, quienes se frotan las manos son los partidos políticos.

¡Vivan los candidatos independientes!

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.