Durante un momento de su carrera, Leonardo Heras Aripes fue considerado prospecto de Grandes Ligas; incluso, los Diablos Rojos intentaron convertirlo en segunda base para venderlo a los Astros. Este sueño no se cumplió, pero el nativo de Tecate, Baja California, nacido el 29 de mayo de 1990, vivió la mejor de sus 12 temporadas en la Liga Mexicana, al conseguir el campeonato de bateo con .401 de porcentaje, producto de 63 hits en 157 turnos, en 46 juegos de la temporada regular, con los Mariachis de Guadalajara.
El toletero zurdo tuvo 15 dobles, un triple y nueve jonrones, con 42 impulsadas; recibió 12 bases por bolas y 24 ponches, anotando 39 carreras y robando siete bases. Fue uno de los temibles de un orden al bat en el que destacaron Beau Amaral, Luis Sardiñas, Adrián González, Jesse Castillo y Carlos Mendivil.
Los Mariachis fueron el quinto equipo del de Tecate, permaneciendo cuatro temporadas con los Diablos y otras cuatro con los Leones de Yucatán. En la mitad de las temporadas en el circuito, ha terminado arriba de la cifra mágica. Es una extraña mezcla de poder con velocidad, pues en esta temporada ya llegó al club de los cien jonrones, además de que tiene 148 robos.
Leonardo proviene de una familia netamente beisbolera. Su padre, Roberto, fue receptor de los Tigres capitalinos, en siete equipos, en las décadas de los 70 y 80, en tanto que su hermano Bernardo inicia su carrera jugando en esa misma posición.
Lo cierto es que Leonardo vivió la mejor temporada de su carrera, y ya se ha ganado el estrellato en la Liga Mexicana, siendo uno de los pocos casos en los que el hijo supera al padre.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
