A últimas fechas, los equipos de la Liga Mexicana realizaban pretemporada en Estados Unidos, jugando uno o dos juegos con algunos de Grandes Ligas, que casi siempre los apaleaban. Por ello resultó bastante novedoso que el dueño de los Diablos Rojos y los Guerreros de Oaxaca, Alfredo Harp Helú, anunciara que ambos equipos jugarían seis partidos en Cuba.
La medida nos recordó a Alejo Peralta, que luego de que los Tigres (el equipo de sus amores) salió campeón en los sesenta, decidió premiarlos enviándolos de gira a Japón, donde perdieron cada uno de los 13 partidos que jugaron. A Diablos y Guerreros les fue un tanto mejor, ya que ganaron uno de los juegos y empataron otro, perdiendo los cuatro restantes.
Ni Víctor Bojórquez ni José Luis Sandoval han definido sus cuadros titulares y aprovecharon los cotejos para probar a sus nuevos refuerzos. La única victoria escarlata se basó en una buena labor del nuevo refuerzo el lanzador Luis Niebla, que ganó seis carreras a una. En cambio, preocupa que el brazo fuerte de la temporada pasada Octavio Acosta haya salido derrotado en par de ocasiones.
La derrota más dolorosa se produjo contra los Orientales, ya que luego de ir ganando seis carreras a cero, el bullpen fue incapaz de sostener la ventaja y acabaron perdiendo ocho a seis. Resulta evidente que el cerrador venezolano Jean Machí aún no adquiere su mejor forma, al igual que Tony Córdoba y compañía.
Además, los bateadores todavía no toman su ritmo y fueron blanqueados en el primer juego por los Occidentales, y les ocurriría otro tanto en su regreso al Fray Nano frente a los Acereros.
Con todo, los Diablos son uno de los favoritos para llegar a la postemporada en la zona sur que arranca este 22 de marzo.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
