Tras su retiro como pelotero activo con los Diablos Rojos del México, en el 2017, Sergio Omar Gastélum se forjó rápidamente reputación de mánager triunfador, coronando a los Guerreros de Oaxaca como campeones sureños, hace tres temporadas.
Su buen desempeño prosiguió en la Liga del Pacífico, llevando a los Mayos de Ciudad Obregón a la Serie Final. Sus bonos estaban en lo más alto y los Diablos Rojos se apresuraron a anunciar al popular Piojo como su nuevo mánager; desgraciadamente, se desató la pandemia y el pundonoroso exjugador solamente pudo dirigir algunos juegos de pretemporada.
Para sorpresa de propios y extraños, los escarlatas acaban de anunciar que lo dejarán en libertad “debido a la situación económica”, y su lugar será tomado por un miembro destacado de la organización, Miguel Ojeda, quien ya los había dirigido antes.
El caso de un mánager que se va antes de que arranque la campaña, sin haber dirigido un juego oficial de temporada, nos hizo recordar el caso del cañonero norteamericano George Scott: el ex primera base de los Medias Rojas de Boston, quien fue campeón de cuadrangulares en 1975, vino a pegar sus últimos batazos a la Liga Mexicana, y los entonces Tigres capitalinos lo contrataron como mánager, a principios de los ochenta.
Recuerdo al gigantón dirigiendo a los felinos, en un memorable partido de pretemporada contra los Marineros de Seattle, que ganaron los capitalinos 13 carreras a 12. Fue el juego de su vida para el receptor Roberto Heras, quien bateó dos cuadrangulares y decidió el partido con un squeeze play; sin embargo, al parecer, Scott tuvo un altercado con el dueño del equipo, Alejo Peralta, y fue despedido antes de comenzar la campaña. Así, pues, nos quedamos con las ganas de ver manejar a este gran pelotero, quien falleció el 28 de julio de 2013, a los 69 años de edad.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
