Hace unos días el exsecretario de Gobernación creó polémica en redes sociales al promocionar una conocida taquería pachuqueña a la que asiste desde hace años. A nivel nacional despertó comentarios burlones, pero esto sólo muestra que no conocen al Miguel Osorio que no olvida su tierra y que como gobernador comía igual en taquerías que en puestos de la calle, pues jamás hizo menos a ningún sector, por eso posee el amor incondicional de su gente.
Muchos políticos buscan hacerse publicidad tratando de “darse baños de pueblo”, pero para asombro nacional Osorio Chong es un político que realmente representa la cultura del esfuerzo, del trabajo y de la gente cuya genialidad es indiscutible, sólo rebasada por su sencillez y carisma.
Sólo quien esté presente cuando Miguel Osorio arriba a los lugares públicos podrá dar testimonio de la alharaca y orgullo que su presencia genera, sólo quien salga a las calles podrá escuchar las anécdotas que lo rodean y cómo en Hidalgo unifica a la población cuando dicen “CON OSORIO SÍ”, sin importar a qué expresión política pertenezcan, pues hasta la oposición lo ha dicho: “Sería un honor ir con Osorio”.
Como muestra de su grandeza política y su personalidad cautivante basta decir que hace un par de días, cuando parecía que el invencible tricolor hidalguense era cuestión del pasado, Miguel Osorio asistió a eventos regionales en Pachuca y Tulancingo, cambiando totalmente el panorama. Porque Osorio Chong ha logrado proyectarse como el líder que rebasa colores y grupos, es el hombre que unifica a través de la lealtad recíproca, que exige trabajo porque lo sabe hacer mejor que quien lo ejecuta, que enseña y da ejemplo a nuevas generaciones que bien repiten como mantra de la suerte: “Así empezó el jefe Osorio”.
Grave error es medirlo con la misma vara que a otros porque el líder moral del priismo posee destrezas y sensibilidad pocas veces vistas, por eso su nombre ya es leyenda y en Hidalgo es tan admirado como El Santo o más querido que El Huracán; provee orgullo a una entidad en todas sus actuales generaciones y sectores.
No por nada el grito “Osorio, Osorio, Osorio” es acompañado de euforia tan vibrante como el tradicional Grito de Independencia: “¡Viva México!”, aunque no extrañaría que un día se escuche desde algún balcón: “¡Viva Osorio! ”.
