Miguel Tello, clave en la planeación política de Hidalgo

“Miguel Tello no sólo se presenta como un servidor público proclive a la planeación gubernamental, sino como una de las cartas idóneas de la planeación política del actual gobierno”.

La planeación orgánica de la tarea pública ha brillado por su ausencia en México desde hace décadas, creando un vacío de operatividad que se ha convertido en el rasgo distintivo de los gobiernos.

 

Hidalgo, un estado aquejado por la miseria y la desigualdad, eligió el proyecto de alternancia política de Julio Menchaca Salazar en medio de un escenario carente de justicia social. Así, Morena se convirtió en un espacio propicio para los políticos expulsados del antiguo régimen, y esto aunado al aumento de militancia guinda ha generado un ambiente de “amnistía política”, donde sumar es más importante que restar.

 

Figuras como Cuauhtémoc Ochoa o José Guadarrama provocan controversia al interior del partido guinda, pero todo indica que la amnistía política desde la cabida que dio López Obrador a los desertores del antiguo régimen y la extensión de los abrazos y la política amorosa del presidente ha creado un clima de renovación, al cual el gobernador Menchaca Salazar no es ajeno.

 

La estructura operativa de Morena, y específicamente la conformación del gabinete del gobernador Menchaca Salazar, no ha caído en el desencuentro ni el subdesarrollo político de la oposición y mucho menos en las prácticas de la gerontocracia política, por lo que ha sido receptiva a nuevas generaciones de políticos, entre los que prima la innovación gubernamental empoderada por el conocimiento de la administración pública.

 

Miguel Tello, actual titular de la Unidad de Planeación, ha capitalizado el servicio público y proyecta en el peso de proximidad operativa de Estado un sitio importante en el ajedrez político de Menchaca Salazar, al grado que la convulsión política que se ha presentado en Morena Hidalgo lo ha colocado en las especulaciones de diferentes encargos públicos y puestos de elección popular.

 

Sin embargo, en Morena Hidalgo existe una diminuta gerontocracia que se niega a morir, lo cual exige la depuración y disciplina política que todavía no ha podido imponer Marco Rico, cuya falta de liderazgo desató fuerzas vivas impertinentes y otras, las menos, pertinentes.

 

En este trazo de convulsión guinda, Miguel Tello no sólo se presenta como un servidor público proclive a la planeación gubernamental, sino como una de las cartas idóneas de la planeación política del actual gobierno, donde proyectar el futuro de Morena en Hidalgo implica aprender de la planeación de Estado que realizó en su primer año de gobierno López Obrador.

 

Miguel Tello es una de las piezas sólidas del ajedrez político en Hidalgo, pero, como sucede con los puestos claves de interoperabilidad gubernamental, su figura puede desgastarse por las presiones internas y externas a Morena, por lo que sería fácil que caiga del pedestal de encartado y pase a descartado político.


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