No queremos que, en 30 años, los bares y cantinas de Pachuca sean solo historia

Para nadie es un secreto que la bendita pandemia por el bendito coronavirus le ha dado en la torre a la mayoría los negocios en todo el país. Como alguna vez lo explicó don Sergio Vargas, el de la Sedeco: si bien hay sectores como el agroindustrial que recibieron buenos dividendos durante este tiempo, hay otros que, de plano, les está costando trabajo levantarse

Quienes laboran dentro de los icónicos bares y cantinas de la Bella Airosa saben que no son ajenos a esta situación, y como una forma de impulsarse ante esta situación adversa, un puñado de ellos decidió agruparse en una asociación y organizar un congreso con el que pudieran hacer alianzas entre sí, y por supuesto, reactivar el Centro Histórico

Fue en un pequeño salón de eventos a las afueras de Pachuca, específicamente en Mineral de la Reforma, donde los representantes de lugares emblemáticos como La Barata, El Tratado de Versalles, El Regio y el Salón Pachuca realizaron su cónclave, una especie de ceremonia modesta como para decirle a las autoridades: aquí estamos, y queremos sobrevivir

Lo sorprendente de este evento es que a los asistentes no solo les miden la temperatura corporal y les ofrecen un poco de gel antibacterial, por aquello de no contagiarse, sino que de forma gratuita les ofrecen el servicio de desinfección con sales cuaternarias de amonio, lo cual es muestra del compromiso que existe por parte de los organizadores con la salud de sus invitados. 

Una vez superada esta etapa, a los visitantes los recibe la voz repetitiva de Pharrell Williams cantando estas líneas: what is this I’m feeling? / If you want to leave, I’m with it, Canta el coro principal, y repite de nuevo las mismas líneas, algo así como por un intervalo de 15 minutos, que es el tiempo que lleva de retraso el evento, considerando que la convocatoria fue a las 13 horas. 

El alcalde Sergio Baños fue uno de los puntuales que llegó al congreso, y que aprovechó el tiempo del retraso para platicar con los propietarios de los bares y cantinas en plan de cuates; se dio tiempo incluso para atender a la prensa y sus preguntas insistentes sobre la pandemia. Vaya, hasta terminó tomándose selfis con algunos reporteros. 

Total, que tras otros 10 minutos de retraso, y esta vez The Weeknd cantando nuevas líneas repetitivas, aparece Francisco Javier Zavala, el presidente de esta asociación de cantinas y bares pachuqueños, quien se encarga de dar la bienvenida a todas y todos los asistentes, a la vez que comienza a narrar todas las vicisitudes por las que tuvieron que pasar como gremio. 

Como si fuera una canción de Billy Joel, mencionó la desaparecida FEUH, la FOIDEH, los actos de violencia a sus negocios, y de forma reciente, el inicio de la tercera ola de la Covid-19, y que a pesar de esto se ha estado aguantando. A levantar el vaso y a brindar por el aguante, como diría un clásico. 

No obstante, afirma que la decisión de agruparse en una asociación nace en la necesidad de crear un canal de comunicación para manifestar sus demandas y preocupaciones, y como parte esencial, la unidad para que logre sacar a flote todo el potencial de cada uno de estos establecimientos. 

Cuando el líder deja de hablar, una maestra de ceremonias da la indicación del siguiente número: una presentación con humo y el Also sprach Zarathustra de fondo da la entrada casi espectacular a la exposición de una marca de cerveza artesanal hidalguense. Y quien hace su disertación para mostrar las bondades de este tipo de bebidas hace una aseveración algo atrevida: la cerveza artesanal es comida. Ahora se entiende porque estamos como estamos

Acto seguido, tras más presentaciones de establecimientos y mientras que los meseros comienzan a servir bebidas espirituosas a los invitados, dan a conocer una iniciativa innovadora para una ciudad en plena crisis económica: la presentación de una ruta turística para conocer la historia de los bares y cantinas ubicadas en el primer cuadro de la capital hidalguense, portadoras de más historias que el mismo Reloj Monumental

Uno a uno de los propietarios de estos centros de esparcimiento para adultos comienza a describir la situación en la que se encuentran, pero sobre todo, coinciden y refuerzan en que la ruta turística es una buena forma de incentivar el turismo dentro de la ciudad y la derrama económica para estos microempresarios. 

Todos reafirmaron la necesidad de que se apoyen a los cantineros de Pachuca para evitar que, según sus mismas palabras, en treinta años estos lugares no se conviertan en solo una historia que contar

El momento cumbre de este encuentro entre empresarios cae en el reconocimiento a un personaje muy emblemático de la vida cotidiana de la ciudad de los vientos, una persona que fue conocida por diferentes generaciones que acudieron a la cantina El Surtidor, y que su partida representa el fin de una era en la historia capitalino. Don Alfredo Yong, o Don Chino a secas

Quizá es el pretexto ideal para reunir a los cantineros de la ciudad en un congreso para celebrar la vida de alguien que representó mucho para esta ciudad, y así fue: Francisco Javier Zavala le dedica una elegía, en donde lo muestra como un ejemplo sobre la dedicación a hacer algo que se ama, de que se requiere una vocación que ahora es difícil de encontrar. 

“Amigo Alfredo: tu partida nos causa un gran dolor, pero al mismo tiempo nos llena de inspiración y nos motiva para amar lo que hacemos, y hoy te rendimos homenaje. Que te vaya bien, viejo”, es el mensaje que le dedica. 

Y de pronto, aparece su hija, Verónica Yong, quien expresa que, a pesar de lo doloroso que representa la pérdida de un ser querido, el buen Don Chino emprendió un viaje eterno, y que se fue tranquilo; y que como legado les dejó un sinfín de conocimientos sobre diferentes oficios. El oficio de la cantina, claro está. 

La mayor enseñanza, según ella, es el formar una familia trabajadora, luchona, motivada y siempre visualizando un futuro mejor en todos los aspectos: “nos enseñó a trabajar y a unir fuerzas para alcanzar objetivos comunes”, mencionó, y tras agradecer a la asociación y al resto de los invitados, solo le restó decir, “gracias a ti, viejo”. Lluvia de aplausos. 

Coronando aquel momento emotivo, Paco Zavala y Verónica Yong realizaron la develación de un cuadro en honor al ahora finado, y en donde anunciaron que este cuadro será instalado dentro de El Surtidor, pero que también lanzaron la invitación para que las personas que se hayan tomado fotografías con Don Chino tomando sus tradicionales rones tapicen con sus imágenes las paredes de su cantina. Un merecido homenaje a tan grande personaje. 

El congreso continúa su curso con más exposiciones y reconocimientos a miembros de este gremio, desde marcas de bebidas hasta agencias de publicidad; los invitados departen copas y brindis por el año más difícil de sus vidas. Y a la usanza de las celebraciones de quince años, el anfitrión invita al padrino de lujo a decir unas palabras. Y ese padrino es nada más y nada menos que Sergio Baños. 

En primer lugar, el alcalde hace una parodia –o más bien un cliché- del típico ebrio malacopa a punto de caerse a efecto de tanto alcohol, provocando las risas de la concurrencia, pero después vuelve a recuperar su papel de gobernante para mencionar que, al igual que los cantineros, el gobierno municipal también ha hecho su lucha para sobrellevar la crisis, poniendo empeño, tripa y corazón a estas circunstancias. 

Durante su breve intervención, Baños Rubio hizo el llamado al gremio para que apoyen a la difusión de las medidas de seguridad para evitar más contagios de esta bendita enfermedad, y aprovechando el comercial, también mencionó su mismo discurso, aquel que dice que, a pesar de tener un presupuesto raquítico, se están haciendo las cosas, como el hecho de que se bachearon 500 calles de 10 mil. Un gran cambio. 

Terminó insistiendo en que haya una cooperación entre los microempresarios para que haya una recuperación económica y para que permee la conciencia de que aún está la pandemia, pero que se puede salir adelante. Dios me los bendiga a todos, y gracias por su atención. 

Para cuando el acto protocolario llegó a su fin, un trovador subió al escenario para comenzar a ofrecer su repertorio digno de una cantina. Comenzó cantando El Triste, y los demás departieron cada una de las bebidas. Un brindis por la historia de Pachuca, y que estos personajes y lugares que dan identidad a la ciudad nunca mueran


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