No son héroes

Desde que comenzó el confinamiento, los medios de todo el mundo se llenaron de campañas que reconocen el papel del personal médico en esta crisis de salud. Las publicaciones en redes se llenan de likes y corazones y de miles de comentarios reconociendo a los trabajadores de la salud. Sin embargo, en México, ese mismo personal que es vanagloriado en redes sociales está siendo agredido de formas ridículas en las calles.

Un paramédico rociado de alcohol y cloro en una calle de Mérida, un grupo de enfermeras bajadas de un autobús en Guadalajara, personal médico hospedado en un hotel de Tulancingo que fue hostigado y molestado por un grupo de personas que impidieron su estancia en el lugar, son algunas de las imágenes con las que recordaremos este momento en el futuro.

Eso de que la pandemia nos está dando lecciones, es una mentira. Quisiera ser más optimista, pero los hechos hablan de una realidad que todavía es triste y horrorosa. Estas agresiones son el resultado de nuestra ignorancia, es impresionante ver cómo la gente no aprende ni aprenderá nada, cómo un desequilibrio de la magnitud del que estamos viviendo sólo sacude a un reducido número de personas que sacará algo de esto.

Somos un mundo de hipócritas que desde la comodidad de las redes creamos una solidaridad ilusoria que, apenas poniendo un pie en la calle, se va por la coladera. Pero hay un hecho innegable que me gustaría reconocer, y es que no todas las personas que aplaudimos en las redes son las que están peleando esta batalla, a solas.

En un hospital no hay héroes, hay personas haciendo su trabajo, poniendo el cuerpo en una crisis que nadie entiende; hay camilleros, intendentes, asistentes médicos, secretarias, vigilantes, laboratoristas, personal administrativo, cocineros, paramédicos, ingenieros, todos dando la cara en esta pandemia. 

Y no, repito, no son héroes. Si se contagian, van a sufrir lo mismo que todos. No son héroes: si no van a trabajar, perderán el sustento para ellos y sus familias. No son héroes: si dejan de pagar la renta, no tendrán dónde vivir. No son héroes: son personas como nosotros y tienen miedo, pero su miedo no es sólo a la enfermedad, sino al ataque, al prejuicio, a la ignorancia de los otros…


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