Piedras en los baches (Parte I)

Guillermo Olivares está en una cartera de Estado de vital importancia en el gobierno de Julio Menchaca. Empero, tiene pesos y contrapesos de figuras que, quizá sin proponérselo, ocuparon reflectores y espacios de operación política que ganaron confianza y piso firme en el gobernador Menchaca Salazar.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Vertiginosamente se perfila la sucesión 2028 en Hidalgo y el carrusel de destapados gira con la fuerza de una segregación de intereses en las pocas caras que pueden y deben ser nominadas en Morena, para el magno evento de la continuidad política del bastión de la 4T.

 

Empero, caminando por estas calles que aún presentan las huellas del ecocidio político de las inundaciones en la metrópoli capital, Pachuca, mis únicos y queridos lectores, repetitivamente, ciudadanos me han inquirido el ¿por qué no aparece en el carrusel de la sucesión del 2028 el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna? como siempre ando de prisa y con prisas, suelo contestar, lean mi próxima columna.

 

Conocí hace décadas a Guillermo Olivares Reyna, que actualmente ocupa la cartera de Gobierno en Hidalgo. En aquella época yo era un estudiante de bachillerato que leía a Maquiavelo, mientras el profesor Pablo Gómez Escamilla hablaba de la inconsciencia de la clase política. Entonces me hicieron la invitación para trabajar (los priistas le llaman colaborar), en la campaña a diputado por Hidalgo del Gral. Antonio Ramírez Barrera, de la cual Guillermo Olivares coordinaba su abordaje, por lo que conocí cómo se operaba políticamente y que implicaciones tenía esto.

 

Guillermo Olivares, en aquella época, era un abogado joven, cuyas implicaciones iban hacia la esfera pública, era agradable y gentil, y siempre me dirigió un trato deferente y sencillo. En dirección opuesta, años más tarde yo me convertí en politólogo, con todo el peso de la conciencia revolucionaria de la UNAM.

 

Develo aquí líneas de análisis para responder a la pregunta, ¿por qué Guillermo Olivares no está en el carrusel de la carrera a la gubernatura 2028?

 

El peso de la pericia política

 

Cuando el gobernador Julio Menchaca nominó a Guillermo Olivares Reyna en la Secretaría de Gobierno el peso de la alternancia política se cernía sobre Hidalgo, un estado con serios resabios sociales producto de las asimetrías creadas por el antiguo régimen. Con gran tino y mesura política, Julio Menchaca invitó a Santiago Nieto Castillo para ocupar como encargado de despacho, por no ser hidalguense, al gendarme custodio en la Procuraduría de Justicia. Santiago Nieto Castillo, que es un político de operación de Estado, de ligas mayores y con arraigo en la cultura jurídica y administrativa del gobierno, por lo que inercialmente y con este capital político, se erigió en el brazo derecho natural del gobernador Menchaca. Esto se convirtió en una pesada placa tectónica para Olivares Reyna, que no aparecía en la operatividad de la política interna en Hidalgo.

 

El fuego cruzado

 

Guillermo Olivares está en una cartera de Estado de vital importancia en el gobierno de Julio Menchaca. Empero, tiene pesos y contrapesos de figuras que, quizá sin proponérselo, ocuparon reflectores y espacios de operación política que ganaron confianza y piso firme en el gobernador Menchaca Salazar. Miguel Tello, en la vanguardia de la prospectiva y el gobierno digital; Álvaro Bardales, contralor de mano dura y firme en las acciones fiscales; Rebeca Aladro, en la impartición y procuración de justicia; Andrés Velázquez, en la antesala del empalme legislativo y dirección constitucional; Tania Meza, la voz ideológica de la izquierda revolucionaria; y Alejandro Velázquez, de inteligencia vivaz y mando firme con visoria global de gobierno.

 

El contrapeso de estas voces deliberantes y actuantes implicó para Guillermo Olivares un fuego cruzado y los reflectores mediáticos hicieron lo suyo, creando, a todas luces, distancias de mando, protagonismo político y estatus gubernamental. Todos estos factores encumbraban en la carrera a la gubernatura a personeros de distintas generaciones, pero que su peso y capital político los hacía ver como los pilares del piso firme de las Rutas de la Transformación, donde el gobernador Julio Menchaca se encumbraba en medio de reflectores inagotables.

 

Los vientos de una marginación política tácita para Guillermo Olivares se cernían y todo quedaba en la mesa para que respondiera en consonancia.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.