Una de las novedades para la presente campaña es la implementación de los desafíos vía repetición instantánea. En principio, cada manager dispone de dos desafíos por partido, con la salvedad de que si gana uno de ellos, tendrá un tercero. La reclamación deberá hacerse en un máximo de 45 segundos después de producirse la jugada.
En la sexta entrada del tercer juego contra Yucatán, Esteban Quiroz fue declarado out cuando intentaba anotar con un elevado al jardín derecho. El buen amigo Valentín Arias reclamaba al Pony el no haberse barrido, pero él de inmediato le señaló al manager Willie Romero que el catcher Ricardo Valenzuela no lo había tocado, aunque recibió el tiro con tiempo, y el reto le dio la razón.
En la Guerra Civil contra los Tigres, hubo varios desafíos. En el primer juego el para corto Ramón Urías había tenido una jornada completa con home run, doble y sencillo, cuando en la octava entrada dio un batazo contra la barda del jardín derecho. Pasó por segunda y siguió a la tercera buscando completar el ciclo, y aunque el umpire cantó el safe, el reto mostró que había sido puesto fuera.
Igual suerte corrió Jorge Vázquez, que pretendió anotar desde primera con un doble de Luis Alfonso García. Pero la más importante ocurrió en la novena entrada del juego decisivo, cuando el Chispa Gastélum cubriendo las paradas cortas, fue hasta el fin del abanico para atrapar un rodado de Jaime Fabela y tratar de fulminarlo con un potente tiro. El umpire cantó el safe y pese al reto de Roberto Vizcarra, la decisión se mantuvo, y el corredor terminó anotando la carrera del gane.
Aunque la mayoría coincidió que los retos garantizan una mayor justicia, viejos aficionados como Arturo Cordero consideran que le quitan sabor al juego.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
