Un verdadero desastre han sido varios gobiernos de Argentina, no sólo en el rubro de la economía y el patrimonio nacional, sino también en la cuestión social, pues desde mediados del siglo XX su población atraviesa por procesos de pauperización y asimetrías económicas y sociales producto de la oligarquía terrateniente y ganadera, unida al control político del Estado.
No se puede asumir que el actual gobierno de Alberto Fernández es el responsable de este caos inflacionario y de reducción del consumo en Argentina, pues cabe recordar el endeudamiento apabullante del gobierno de Macri; este es el síntoma de una economía que ha sido herida y saqueada por los intereses de las oligarquías nativas y el predominio del capital foráneo que por décadas ha existido en aquel país.
A la estela de podredumbre gubernamental se suman las flagelantes dictaduras militares que gobernaron el país y los crímenes de lesa humanidad, la bancarrota espeluznante que hoy se traduce en una inflación que amenaza el manejo de deuda externa y una amarga semilla de castigo tributario social y de opresión y depresión de la ciudadanía que vive la zozobra inaudita de los manejos del Estado.
En Sudamérica, Argentina es conocida por tener gobiernos de “supositorio”, es decir, que entran por el recto y salen cagando, esto se refiere a gobiernos militares y, desde luego, a dictaduras militares, las cuales esperan como buitres para asestar un golpe de Estado y apropiarse del poder cuando los gobiernos civiles trastabillan, cosa que suele ocurrir con frecuencia.
En el tema económico, los análisis conservadores auguran que en 2023 la inflación llegará al 99.9%, lo cual ya habla de una contracción severa del PIB y las estimaciones de crecimiento económico, cuestión que ya pone en vilo al gobierno de Alberto Fernández y debe trazar el vuelco airado hacia la derecha, pese a que tampoco los gobiernos de derecha en Argentina han creado estabilidad económica ni social.
Como dice el tango: “¡que 20 años no es nada!”, pero la pauperización del tejido social en Argentina ya es tema añejo, no de 20 años atrás.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
