¿Quién está detrás de la traición priísta?

En política no hay casualidades ni hechos fortuitos. Todo lo que sucede se debe a que antes se pensó, se acordó y se decidió hacer con el visto bueno de un jefe o patrocinador que tiene poder económico y de control de personas y grupos, que alienta los sentimientos -en el caso del PRI en Hidalgo- de resentimiento y hasta rencor porque el escenario político no les conviene ni pueden sacar provecho.

Las más recientes renuncias al tricolor en la entidad no son ocurrencias de último minuto y son del grupo representado por el que se va, con todos los signos de que un exgobernador estaría detrás de este movimiento que no es sólo contra el PRI, sino contra Omar Fayad, al que nunca le perdonó que ganara la elección, al que se opusieron con toda la fuerza y poder que, pensaban, tenían dentro del partido y grupos afines.

Por otro lado, el hecho de que Fayad haya dejado sin privilegios, sin poder y fuera de la nómina a un grupo nutrido de priistas de primer nivel por esas canonjías, creó un ambiente de resentimiento, revanchismo y rencor que se gestó en estos últimos tres años y explotó hace unos días con el salto del barco priista de quien alguna vez lo presidió, lo cual se puede interpretar de muchos modos, pero que tiene las mismas bases, o excusas, de otros que se fueron, como Gerardo Sosa, José Guadarrama y Canek Vázquez.

Tal como Sosa, dicen que se van porque el cambio resulta imposible en una organización que no acepta crítica constructiva ni debate abierto, y porque el desarrollo y beneficios no son parejos. Se les olvida que, antes de querer saltar, ya estaban fuera del barco por sus acciones.

Guadarrama, que se fue del PRI en 2001, en la plaza Juárez dio sus razones: para cambiar los 86 años de cacicazgo del tricolor en Hidalgo. Canek se fue, dijo, porque ya no era el PRI en el que se formó ni con el que se identificó. Y el último que se fue, el doctor RICARDO CRESPO, aseguró que dejaba al PRI “porque es un partido insensible y lejano de la gente”.

Crespo ganó las elecciones a la presidencia del Revolucionario Institucional y de eso no hay duda, pero algo no funcionó cuando llegó al poder Andrés Manuel López Obrador, en mucho por la gente que se colocó en boletas, aun en circunstancias de esplendor del PRI.

 

FAYAD PONE LAS COSAS CLARAS

El gobernador no se anduvo por las ramas y señaló que dichos personajes se van del PRI porque se les acabaron los privilegios y ya no pueden mamar del partido, y que si alguien lo ha criticado por su convivencia con el presidente, han sido los priistas resentidos por no tener ya las canonjías que tenían.

 

¿QUIÉN?

Parece que detrás de la más reciente renuncia hay un guía que cobija a los resentidos, al que no mueve tanto la preocupación por el partido, sino la decisión de cobrársela a Fayad y arrasar con lo que queda del PRI.

El haber salido en trascendidos a modo para desligarse de este hecho, y finalmente hasta dar entrevistas, concuerda con lo que se decía en la Edad Media en un refrán: “Excusatio non petita acussatio manifiesta”, es decir: explicación no pedida, culpa o acusación aceptada.

Es lo que se ve, y al parecer vienen tiempos de tormenta contra el PRI estatal, y principalmente contra el gobernador, por parte de muchos dolidos y resentidos, con un jefe que quiere cobrar deudas y afrentas y para ello tiene un pequeño ejército a su disposición y posibles aliados con alas.

Omar Fayad tiene a su favor un excelente gobierno de resultados y logros donde van a chocar las insidias, con toda seguridad. Así se percibe el escenario político de Hidalgo, ojalá nos equivoquemos.

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.