Han pasado 20 años desde que Rob Cohen inició la franquicia de Rápidos y furiosos, y ya llega a su novena entrega, bajo el mando de Justin Lin.
Nadie le hubiera vaticinado tanto éxito a la serie, luego de la fallida tercera parte, Reto de Tokio, o la muerte de Paul Walker; sin embargo, el guion de Daniel Casey y Alfredo Botello ha reinventado el asunto.
De golpe y porrazo aparece en la vida de Dominic Toretto (Vin Diesel) un hermano, Jakob (Jon Cena), a quien Dominic responsabiliza de la muerte de su padre y que se ha pasado al lado oscuro, pues trabaja para el millonario Otto (Thue Ersted Rasmussen), que se apoderó de un dispositivo que hará obsoletas las computadoras.
Sin Jason Statham ni Dwight Johnson, tienen pequeñas participaciones Helen Mirren y Charlize Theron, mientras que se han reincorporado Han (Sun Kang) y Sean (Lucas Black).
Los sofisticados dispositivos incluyen magnetos gigantes que garantizan la destrucción de múltiples vehículos, así como un coche espacial; todo ello, para dar un mensaje supuestamente familiar, que se alarga por 143 minutos.
Rápidos y furiosos 9 resulta, pues, un espectáculo veraniego que tiene los ojos puestos en la taquilla y que amenaza, incluso, con la décima parte.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
