Luego de haberse coronado en su temporada de debut como manejador de los Diablos en 2014, Miguel Ojeda, El Negro de Guaymas, sufrió una dolorosa eliminación a manos de los Toros de Tijuana, tras haber sido el superlíder todo el año, y decidió emigrar a Estados Unidos en busca de mejores horizontes.
Algunos ilusos, como el que esto escribe, pensamos que podría hacer carrera como dirigente y convertirse en el primer manager mexicano en Grandes Ligas, pues el Cananea Reyes lo fue sólo durante tres días al sustituir a Maury Wills. Pero escépticos como el buen colega Arturo Cordero nos dijo que era poco probable debido a su carácter, y con voz de profeta, a los pocos días se anunció el regreso de Ojeda a la Liga Mexicana.
Aunque habló con Roberto Mansur, se dijo que no regresaría a los Diablos, que habían anunciado a Víctor Bojórquez, quien poco después los haría campeones de la Liga Invernal. Para sorpresa de todos, a los pocos días la directiva escarlata reculó y anunció con bombo y platillo el regreso del Negro como su manager en la temporada 2017.
Seguramente uno de los argumentos esgrimidos fue el anuncio que había hecho el dueño Alfredo Harp Helú, de que jugarían con puros peloteros nacionales. Eso los pone en desventaja con el resto de los equipos, pues aunque tiene muchos jóvenes talentosos, lo cierto es que tienen carencias en algunas posiciones y no querían dar ventaja con un manager novato.
Hace tres años bromeábamos con que el Negro aún estaba verde para ser manejador, ahora veremos si ha madurado lo suficiente, pues el versátil pelotero que jugó las nueve posiciones enfrenta el mayor reto de su carrera.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
