El extravío de la oposición política del antiguo régimen en México vive uno de los momentos álgidos en su conformación, y la confusión teórica y de propósitos se incuba como el virus de su extinción.
Frente a la LXVI Legislatura en Hidalgo y la mayoría calificada en manos de Morena, el PRI, en voz de su líder Marco Mendoza, intenta “mimetizarse en partido de izquierda”, en una confusión de ideas e historia que no atienden en modo alguno a la veracidad de la conformación de lo que ha sido su construcción en la nación desde que don Plutarco Elías Calles lo fundó en 1929 con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, para transitar en 1938 a Partido de la Revolución Mexicana y, finalmente, en 1946 erigirse como Partido Revolucionario Institucional.
De acuerdo al historiador mexicano Lorenzo Meyer en torno a la conformación del PNR/PRM/PRI, cito: “La parte medular de la estructura del poder político entre 1928 y 1934 consistió en la creación de un gran partido -el Partido Nacional Revolucionario- dentro del cual habrían de ir quedando encuadrados todos los elementos del heterogéneo grupo de poder”. Citado de Historia de la Revolución Mexicana, los inicios de la institucionalización, El Colegio de México.
La conformación del PNR/PRM/PRI se dio para dirimir la pugna entre caudillos emanados de la Revolución y bajo el poder tras bambalinas de Plutarco Elías Calles, como jefe México de la Revolución; jamás nació a la luz pública como un partido de izquierda y jamás ha sido un partido de izquierda. Se encuadra, como señala el sociólogo Octavio Ianni, como un partido populista en América Latina de extracción de derecha.
Empero, en estos días aciagos para el PRI Hidalgo y nacional, las confusiones abundan y los despropósitos reinan.
Marco Mendoza, líder el PRI Hidalgo, ha sostenido, cito: “El PRI es un partido que nace desde la izquierda, hoy somos de centro-izquierda, y que fue evolucionando a lo largo de la historia nacional, en donde hemos encabezado los postulados de la Revolución Mexicana, somos la revolución hecha partido”. La frase es sublime, pero equívoca.
El PRI no es un partido que naciera de la izquierda o pensamiento de izquierda, pese a que en sus filas hubo personajes como Vicente Lombardo Toledano. El origen del PRI es producto de una revolución burguesa con matiz social, donde se buscó el “Sufragio efectivo, no reelección”, que ahora su líder Alejandro Alito Moreno ha invertido por “sufragio efectivo no, reelección”, de acuerdo a la última Asamblea Nacional del PRI.
Es inadmisible que los propios personeros del PRI desconozcan los orígenes y conformación del partido más trascendente de la historia de México. En realidad, lo que Marco Mendoza quiere hacer es mimetizar la estructura de partido hacia la izquierda porque la izquierda está de moda, pero jamás, ni en las cenizas de don Plutarco Elías Calles el PRI ha sido o será de izquierda.
Lo aterrador de las declaraciones de Marco Mendoza es que son expuestas a nivel mediático, lo que deja una huella indeleble (más o menos en la memoria del imaginario colectivo), aunque vale la pena argumentar que pocos conocen el origen del PRI y a pocos ciudadanos les interesa, sobre todo, en un momento donde la izquierda detenta plenamente el poder.
No es positivo arengar que el PRI tiene orígenes de izquierda o que es de centro-izquierda. Esto es un despropósito que niega la historia de México, pero algo peor aún, una estrategia fallida del acto político.
Si el PRI es de izquierda, la Torre Eiffel está en Oaxaca.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
