Sobre la fe cristiana

Por motivos cúlticos me he encontrado con la ocasión de volver a leer la primera parte de la Introducción al cristianismo, de Joseph Ratzinger. Respecto al culto, solo hay que recordar (para los fines de este documento) que el protocolo es la norma que deriva en ceremonial y que este es el acto positivizado que manifiesta respeto a los semejantes. Del obispo emérito de Roma hay que decir que su vocación política lo llevó a ser consejero – y amigo – de Juan Pablo II y titular del poder eclesiástico y político en El Vaticano a la muerte de su antecesor. Su profesión lo hizo catedrático y escritor de diversas tesis en las que defendió el positivismo bíblico, se convirtió en enemigo intelectual (como categoría política) de los teólogos de la liberación y esta profesión fue la misma que lo motivó para su retorno a la investigación teológica al momento de su retiro de la administración.

En la introducción al cristianismo, Joseph Ratzinger cita un relato de la ciudad secular de Harvey Cox, “el relato cuenta cómo un circo de Dinamarca fue presa de las llamas. El director del circo envió a un payaso, que ya estaba preparado para actuar, a la aldea vecina para pedir auxilio, ya que existía el peligro de que las llamas se extendiesen incluso hasta la aldea, arrastrando a su paso los campos secos y toda la cosecha. El payaso corrió a la aldea y pidió a sus habitantes que fuesen con la mayor urgencia al circo para extinguir el fuego. Pero los aldeanos creyeron que se trataba solamente de un excelente truco ideado para que en gran número asistiesen a la función; aplaudieron y hasta lloraron de risa. Pero al payaso le daban más ganas de llorar que de reír. En vano trataba de persuadirlos y de explicarles que no se trataba ni de un truco ni de una broma, que la cosa había que tomarla en serio y que el circo estaba ardiendo realmente. Sus súplicas no hicieron sino aumentar las carcajadas; creían los aldeanos que había desempeñado su papel de maravilla, hasta que por fin las llamas llegaron a la aldea. La ayuda llegó demasiado tarde, y tanto el circo como la aldea fueron consumidos por las llamas”.

Afirma el Papa emérito que esta situación es la forma en la que Harvey Cox entiende la crisis de la comunicación del cristianismo y de la fe: se entiende que existe una imposibilidad de que la cristiandad, con sus formas fijas y su lenguaje, sea accesible  a los gentiles; pero afirma que no importa tampoco el aggiornamento (movimiento de renovación y modernización de algunas de las posturas de la Iglesia católica después del Concilio Vaticano II, en el que las constituciones sinodales fueron modificadas), al que ve como el traje y las pinturas de payaso puesto que eso es más bien una cuestión tradicional y tiene que ver con las constituciones sinodales para el uso corriente.

La fe es, entonces, para quien quiera creer y para quien pueda experimentar la incredulidad, esto es: que será creyente aquel que pueda realizar su fe en la nada, en la impugnación y en lo problemático; y entrelazar su vida con los no creyentes, quienes por cierto, no tendrán una incredulidad purista, sino la misma inseguridad y tentación por la fe que la que tiene el cristiano por la apostasía, y en palabras de Benedicto XVI cuando firmaba como Joseph Ratzinger: “No podrá ninguno de los dos sustraerse al dilema del ser humano […] tanto el creyente como el no creyente participan, cada uno a su modo, en la duda y en la fe, siempre y cuando no se oculten a sí mismos y a la verdad de su ser.[…] Para uno la fe estará presente a pesar de la duda, para el otro mediante la duda o en forma de duda”.

Es entonces que podemos pasar a la siguiente explicación: la fe comienza con el credo, y en la fe cristiana la creencia está condicionada a la acción protocolaria de la religión (culto o ceremonial), la cual está dividida en dos partes, por un lado, la fe y por otro lado la ley.

La fe, se indica, no es un acto de extrasensorialidad, ni de entendimientos ultraterrenos, sino de la búsqueda de otro acceso a la realidad: “La fe es una decisión por la que afirmamos que en lo íntimo de la existencia humana hay un punto que no puede ser sustentado ni sostenido por lo visible y comprensible, sino que choca con lo que no se ve, de tal modo que esto le afecta y aparece como algo necesario para su existencia”; la ley será el rito y las obligaciones, principalmente contenidas en el antiguo testamento.

El análisis de la fe es complejo y aunque es volitivo el acto, este requiere una contractualidad social de los miembros de la Iglesia; y toda vez que la fe es el origen de todas las religiones, ser cristiano requiere el seguimiento de un dogma, en el caso de los católicos el de la Biblia y de toda la legislación que se desprende de ella. Esa es la positivización del cristianismo, la cual no solo está resuelta en el texto bíblico, sino que es el resultado de la historia como ciencia (aprovecho para realizar una afirmación personal: creo que solo la matemática y la historia son ciencias que no requieren auxilio de otras ciencias, sino que son auxiliares del resto).

Finalmente, Benedicto XVI afirma que los momentos cumbres del recorrido histórico del catolicismo son las primeras ceremonias del bautismo en Roma; las traducciones del griego al latín que se hicieron de la Biblia; su instauración por parte de Carlomagno como religión oficial y su natural enquistamiento como proceso de la culturización política (para leer el artículo completo, siga este enlace: https://www.effeta.info/sobre-la-anticultura-en-la-constitucion/).

Finalmente, me despido invitando a todos a hacer la importante lectura de esta gran obra.

 

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Por: Iván Mimila Olvera

Abogado y asesor en materia constitucional y autor de los libros "Cuestionario de Derecho Constitucional" y "Cuestionario de Derecho Constitucional de los Derechos Humanos". Actualmente es litigante en activo y asesor de diversas organizaciones de la sociedad civil.


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CONSTITUCIONALISMOS - Iván Mimila Olvera

Abogado y asesor en materia constitucional y autor de los libros "Cuestionario de Derecho Constitucional" y "Cuestionario de Derecho Constitucional de los Derechos Humanos". Actualmente es litigante en activo y asesor de diversas organizaciones de la sociedad civil.