En 1931, afectado por la Gran Depresión, el gobierno estadounidense decide expulsar a los trabajadores mexicanos y por su parte el gobierno nacional decide hacer lo mismo con los chinos.
Por Jorge Carrasco V.
El estreno nacional de la semana es Sonora, quinto largometraje de Alejandro Springall, quien llamó la atención hace casi dos décadas con sus primeros filmes, Santitos y Morirse está en hebreo.
El guión del apreciable cineasta independiente John Sayles, narra un episodio poco conocido de la historia mexicana.
En 1931, afectado por la Gran Depresión, el gobierno estadounidense decide expulsar a los trabajadores mexicanos y por su parte el gobierno nacional decide hacer lo mismo con los chinos.
Eso crea una situación caótica en la frontera. Un grupo de personas tiene que atravesar el desierto en un auto conducido por Alma (Giovanna Zacarías) ya que su esposo ha enfermado gravemente.
Entre los pasajeros se encuentran el funcionario racista Sánchez (Juan Manuel Bernal), el ex revolucionario belicoso Pedro (Erando González) y la amorosa abuelita doña Dolores (Dolores Heredia).
Su guía es el alcohólico indio Emeterio (Joaquín Cosío con una ridícula peluca que lo hace parecer Chiflágoras de los Polivoces, o un anuncio de Oreal).
En el camino encontrarán a una familia china, a unos contrabandistas estadounidenses y lo peor de todo, al temible Viento negro.
El filme está realizado con corrección y con un buen reparto, sin embargo Springall no logra la excelencia de sus primeras cintas.
Sonora es un filme sobre una historia poco conocida, que tiene actualidad por el racismo y el mal trato a los migrantes.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
