Sosa no pondrá ni será gobernador

Gerardo Sosa es presidente del Patronato Universitario y exintegrante del PRI, partido al que renunció el martes 19 de febrero de 2018 después de haber sido diputado local y federal y dirigente del mismo; nunca fue candidato a gobernador, pese a que lo intentó tres veces y todo indica -por los enredos en que anda metido- que no lo será, ni tendrá oportunidad de colocar a alguno de sus acólitos pensando en gobernar a través de un títere, como hace en el Congreso, donde maneja a su antojo a sus diputados.

Sosa, que es hábil para moverse en terreno pantanoso, en un discurso reciente ante sus seguidores pecó de soberbia y autosuficiencia y enseñó el cobre de ambición política, de su alejamiento del presidente y del rencor, odio y coraje que tiene contra el gobernador Omar Fayad al que, vía sus ayudantes-diputados, ha estorbado, atacado y emboscado en más de una ocasión, hasta ahora sin resultados.

Con motivo del congelamiento de cuentas que le hizo la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda por presunción de lavado de dinero, conflictos de interés y huachicoleo, con el signo de la corrupción en más de 20 empresas, según reza lo dicho por Santiago Nieto, Gerardo Sosa se permitió reunir en el Ceuni a toda su feligresía para buscar explicar la limpieza de todo el manejo del dinero que, faltaba más, “es para que siga creciendo la Universidad y para que los trabajadores de la Universidad no tengan carencias”, pues para eso está Súper-Sosa que, según dijo, desde que era diputado del PRI logró una millonada para sus hijitos de la universidad.

De que es abusado, vaya que lo es, porque sólo faltó que llorara de la emoción con la que le respondieron los convocados a su explicación, informe, reclamo, justificación y proclama de su inocencia y grandeza.

 

DISCURSO DEL ENCUERE

De entrada, Gerardo Sosa se plantó ante los convocados para informarles la verdad, porque dijo que los medios de comunicación están pagados y replican lo que otras personas les ordenan. Hay poco que comentar a esta afirmación del dueño de un medio en que su figura no es sólo de patrón, sino de dueño de la verdad y que, siendo empresa pagada con dinero público, sólo tiene ojos para una línea que es la de cuestionar, atacar y presionar con todo al gobierno estatal y canta loas al magnífico dueño.

Sin embargo, parece que se emocionó de más en su discurso y a lo mejor sin querer puso al descubierto cosas que se le pueden revertir y que demuestran las razones que tiene para actuar como lo hace.

Buscó, con todo, mantener el apoyo de los trabajadores de la Universidad, ante las dudas que crecen entre los universitarios por las denuncias de Hacienda. Por ello, en su informe-aclaración-discurso, les dijo a los presentes que ellos sí cobrarían su quincena por las gestiones que él y el rector llevaban a cabo, porque el salario es sagrado. Desde luego hubo aplausos ante la lucha que da Sosa por los trabajadores.  Luego habló de los milagros que ha hecho con el dinero de la Universidad y de SUS logros como diputado en favor de la UAEH, consiguiendo una millonada en favor de los trabajadores. La intención de ganarse el apoyo y simpatía de los presentes era evidente.

 

LA GRILLA

Pero enseguida entró en la explicación de la parte política diciendo que se atacaba a la Universidad porque es exitosa y porque se supo ganar en las elecciones con el brillante trabajo de los presentes (maestros y trabajadores), que anduvieron tocando puerta por puerta y cuidando las casillas, lo que mantiene enojados y preocupados a los que perdieron.

Hay aquí varios puntos de cuidado:

Uno: la Universidad anduvo en campaña con sus maestros y trabajadores y se puede presumir que de alguna manera con dinero público.

Dos: se apunta ya para la sucesión del Poder Ejecutivo, “porque ellos van a perder la próxima gubernatura”, según sentenció en el éxtasis de su cátedra, explicación y acto de campaña. Sin embargo, como están las cosas parece que no tendrá la fuerza para ser o poner gobernador, porque primero debe resolver el problema con Hacienda, de donde saldrá, en el mejor de los escenarios, con muchas ronchas, si es que sale.

Tres: los morenos de verdad lo tienen en la mira por abusivo y todo indica que no podrá meter las manos tan fácilmente como en la elección pasada.

Cuatro: las alcaldías tienen su propia lógica de elección en que cuentan factores distintos a la pasada, y finalmente aquí sí los de enfrente cuentan por su presencia en los municipios y por lo que hayan hecho por el bien de los ciudadanos.

 

SE QUEDARÁ SOÑANDO…

Los hechos dicen que la obsesión de Gerardo Sosa es la gubernatura por los caminos que dice tener en la mano y que no es otro que la fuerza electoral del Grupo Universidad. La realidad subraya que lo más seguro es que se quedará soñando con eso, porque aun cuando se dé la alternancia, él no será gobernador ni tendrá la fuerza para imponer a una de sus fichas.

La agenda política del estado y del país señala que no tiene el apoyo del presidente ni del gobernador, y que muchos de sus resortes se pandean ante este escenario de falta de apoyo de las columnas fuertes de la política nacional y local.

Otro tema es la división que ya se nota en su grupo, empezando por sus diputados, algunos de ellos con las garras bien abiertas para impulsar sus propios sueños alejados de la garza.

La casa garza ya cruje… y se puede caer.

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Por: Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.


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SUMA Y RESTA - Adalberto Peralta Sánchez

Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.