Turismo al rescate

Luego de la obligada pausa en la industria turística nacida de las alertas por covid-19 desde el 2020, parece que las cosas están comenzando a cambiar en el mundo y en Hidalgo. Se sabe que el turismo es una industria millonaria que genera grandes ingresos a nuestro país y a nuestro estado y que fue una de las actividades más afectadas desde el comienzo de la pandemia. 

Ahora que el semáforo epidemiológico ha permitido volver a las actividades “no esenciales”, el turismo ha mostrado su verdadera fuerza y su capacidad para reactivar la economía en un estado como Hidalgo, en el que los corredores tienen un gran impacto en la vida de las comunidades y la movilización de recursos fundamentales para la economía de la entidad. 

En las últimas semanas se ha visto un rebrote de actividades turísticas con motivo de la temporada de día de muertos y  del nombramiento de Zimapán como pueblo mágico en el estado (esto, aunado a la necesidad de recreación que también se vio afectada por las restricciones de la pandemia). Dada la importancia y los beneficios que la industria turística puede traer a la entidad, será importante replantear algunas cuestiones y poner al turismo como uno de los ejes que necesitarán un aumento en la inversión y capacitación para las comunidades receptoras. 

Lo anterior se vuelve necesario porque el turismo es una actividad paradójica, que puede resultar beneficiosa para la economía de una región, pero también es un proceso depredador que genera problemas a las comunidades. 

Celebramos que nuestros pueblos mágicos puedan tener una vida activa de nuevo y que esto traiga múltiples beneficios a sus habitantes, pero el mundo ha cambiado de manera radical y no podemos volver a las viejas prácticas sin un poco de conciencia y entendimiento de que nuevas pandemias pueden volver a pasar. 


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