Si alguien lo quiere convencer de que el arcoíris sólo tiene dos colores, el blanco y el negro, seguramente usted le dirá que es un necio, o que no se ha tomado el tiempo de ver la realidad para saber que el arcoíris es la suma de por lo menos siete colores: rojo, amarillo, verde, índigo, violeta, azul y naranja, y que es la suma de todos lo que lo hace tan bello.
En la diversidad de colores está la maravilla del arcoíris y en la vida social esta belleza se puede trasladar a la aceptación de todas las formas de ser y de pensar, en la natural diversidad de los seres humanos, para hacer del respeto y la tolerancia la mejor de las políticas para avanzar como sociedad.
Al final de cuentas, el ser seres pensantes y racionales nos hace iguales a todos, con la libertad de ejercer estas facultades como expresión de que somos humanos. Intentar que todos pensemos de la misma forma es negarle al ser humano la libertad de tener juicios y decisiones propios.
El arcoíris en la unidad de lo diverso se manifestó, según el libro sagrado, como signo de la alianza del creador con sus criaturas y como señal de que no habría otro diluvio, para dar a entender que lo diverso es bueno, desde luego con el respeto a lo que es invariable y que bien se puede concentrar en las tablas de la ley.
Pero la diversidad de pensar y decidir es tan grande que ni el creador se atreve a imponer una manera de pensar o de ser, en sintonía con el respeto divino al libre albedrío que le da a cada quien, de acuerdo a sus decisiones, el premio o castigo que se merezca.
Ser diferentes en el pensamiento no nos hace enemigos ni mejores o peores que los otros, porque esa facultad de pensar es la que nos hace iguales en eso que llamamos seres humanos.
Hay una canción que se llama “¿De qué color es la piel de Dios?”, que se puede sintetizar en la idea de que ante los ojos de Dios todos somos iguales, porque respeta nuestra diversidad al ejercer nuestra racionalidad, representada por los colores de piel de los humanos. “¿De qué color es la piel de Dios? Dije negra, amarilla, roja, blanca, todos son iguales a los ojos de Dios”.
Intentar dividir a nuestro pueblo por colores, en buenos y malos o por su forma de pensar es el más grosero atentado contra nuestra esencia, es querer borrar de un golpe los colores del arcoíris para ponerlo sólo en blanco y negro, o querer hacer valer como verdadero un solo color de piel.
LA SERPIENTE… Por cierto, no hay que olvidar que según el texto mayor, todas nuestras desgracias iniciaron por culpa de una serpiente, que para México puede ser una BOA, pretexto para muchos desatinos.
IMSS HIDALGO… El 17 de mayo en los Hospitales de Respuesta Inmediata se puso en marcha el programa “Aislados pero no incomunicados” con la entrega de 152 tabletas electrónicas que permiten la comunicación entre los pacientes y sus familiares. Fue un acierto del gobernador Omar Fayad. Hace unos días el IMSS en Hidalgo replicó esta estrategia de comunicación en sus hospitales de Pachuca, Tizayuca y Tula a través de videollamadas.
REGRESAN BURÓCRATAS… El 16 de junio los trabajadores del gobierno estatal regresarán a sus oficinas. Para proteger su salud se instalaron filtros sanitarios y dispensarios de gel antibacterial. El regreso será escalonado y quienes pertenezcan a los grupos de riesgo volverán hasta nuevo aviso.
CON LUPA… Una encuesta dice que Hidalgo es de los estados en los que más confianza tienen los empresarios para invertir, pero curiosamente un medio local experto en buscar con lupa los negritos en el arroz dice que esto es cierto pero con bajos puntos, lo que interpreta como pesimismo de los inversionistas. Nada les dicen los 64 mil millones de pesos que han llegado a Hidalgo en este sexenio. Cuando se quiere ver todo negro, aunque sea de día se ve negro.
CIFRAS DE LA PANDEMIA
Hasta la noche del martes 9 de junio:
EN HIDALGO: 413 fallecidos (8 más) y 2 mil 345 contagiados (54 más).
EN TODO EL PAÍS: 14 mil 649 fallecidos (596 más) y 124 mil 301 contagiados (4 mil 199 más).
