La “comprensible” reticencia de la bancada de la oposición en el Congreso local de Hidalgo, para no apoyar un ápice la iniciativa del gobernador Julio Menchaca de reorientar el presupuesto, sin cargo a deuda pública, con el fin de construir dos torres administrativas y, con ello, aminorar el dispendio público del pago de rentas por inmuebles, deja seca el alma, mis únicos y queridos lectores, frente a la denuncia del titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, Miguel Tello, de que “inmuebles en renta del gobierno han pertenecido o pertenecen a exgobernadores”.
Entre el dinero gordo y los trapos al sol, las palabras del titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva han sido como poner el dedo en el avispero, y van más allá de develar un asunto de conflictos de interés, del cual se podrían fincar delitos y, al tiempo, abrir nuevas investigaciones y pesquisas sobre posible contubernio y malversación pública histórica en Hidalgo.
En esto días aciagos donde viajar a la India o en primera clase se empalma con episodios de efigies en ambulancias en Chihuahua y protocolos presidenciales ignorados, es un momento idóneo para frenar el frenesí del dispendio público y evitar fiestas de XV años que insulten al pueblo, que espera que las reivindicaciones de la 4T sean el preámbulo de ese México de justicia social.
La presidenta Claudia Sheinbaum -sin encubrir los asuntos de los extravíos, los extraviados y los despistados en la 4T, a diferencia de los que sucedía en el antiguo régimen, donde se escondía no sólo lo que se malversaba- ha sido firme en destapar la cloaca pública, lo mismo en Infonavit que en la Carta Decálogo que le envió a Luisa Alcalde, para que se entienda a las buenas, mientras se hacen pesquisas legales al interior del gobierno, que Morena no puede ser el botín del pillaje, y que es tiempo de detener el frenesí del dispendio público, el abuso de poder y las tropelías que ensucian las acciones de su gobierno.
Es evidente que Claudia Sheinbaum enfrenta problemas fundamentales en la redefinición del Estado; más allá de la economía interna y global, de la seguridad ciudadana y la preservación de la justicia, así como el combate a la delincuencia organizada, al tiempo de atender las estupideces y bravuconadas de Donald Trump, para tener, al mismo tiempo, que atender y cuidarse las espaldas del staff de su gobierno y sus réplicas en los estados del país.
El gobierno de la izquierda no es una fiesta de XV años. La continuidad de su proyecto depende de la pulcritud, honestidad y del cumplimiento de la planeación gubernamental en la concreción de la tarea pública; de lo contrario, se vendrá abajo como un castillo de naipes y la lucha histórica que enarboló se irá por tierra.
No es cosa menor limpiar la casa, pero la escoba debe barrer parejito.
Aclaro el término “transformación” desde la perspectiva científica. A diferencia del concepto de “cambio” en ciencia que significa truncar o cortar de cuajo una realidad; el concepto “transformación” implica que, en la evolución de un sistema biológico y social, algo o mucho se conserva del estado original.
La cuarta transformación no podía truncar (cambiar) a un sistema político podrido por décadas. Por ende, los resabios que aún imperan se suman a que Morena es un híbrido de fuerzas al que se han sumado infinidad de corrientes e intereses políticos en juego. Su depuración debe atravesar por un programa de partido que apele a la conciencia de izquierda que no se ha dado. En este escenario, resultan inútiles las llamadas de atención de Marco Rico, líder de Morena Hidalgo, a evitar viajes de turismo político, dispendio de fiestecitas privadas a cargo del erario o la compra de camionetitas de lujo; el problema es de fondo y forma, y se basa en la conciencia y el tránsito del en sí, al para sí, creo que esto no tengo que explicárselo a Marco Rico.
El dinero gordo y los trapos al sol son un vómito del alma sistémica en la política. Ha llegado el momento que la Contraloría del gobierno federal y sus réplicas estatales den el salto cualitativo de preservación del erario público para que los extravíos, los extraviados y los despistados, entiendan que no pueden acuchillar al proyecto de la 4T, ni vulnerar las espaldas de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.