Hablar del transporte público en Hidalgo es, sin duda, un asunto de mucha relevancia, pero que también está plagado de mafias, intereses y poco deseo por resolverlo de fondo, y es que la Secretaría de Movilidad y Transporte, que dirige Lyzbeth Robles Gutiérrez, ha quedado rebasada y no precisamente por el cambio de administración pública histórica, luego de que el PRI gobernara 90 años, sino por el negro historial de esta institución que se ha construido por décadas.
Esta dependencia de gobierno ha sido usada como moneda de cambio a los intereses principalmente políticos y como prebendas de muchos favores en todo el estado. Además, el sector de transportistas siempre ha sido una ficha valiosa que en los momentos importantes son usados para favorecer contiendas electorales sin importar su costo.
Los Solares, los Muedano, por mencionar algunos, son las familias que controlan una buena parte de taxistas, porque tienen en su haber un número importante de concesiones que les otorgaron o compraron desde hace muchas décadas. Nadie duda que hayan sido adquiridas legítimamente; sin embargo, también es cierto que tuvieron que contar con el aval de algún funcionario poderoso o de algún gobernador que les abrió las puertas para que se sirvieran con la cuchara grande.
En cualquier parte del estado hay consentidos, cada municipio tiene su poderoso transportista.
Sin embargo, al haber tantas canonjías, al hacer del transporte un instrumento de poder, se pierde el control por mucha voluntad que tengan las autoridades estatales, y eso es lo que tienen al transporte sumido en la desgracia y en la tragedia.
Es muy larga la lista de puntos negativos en el transporte, que van desde abusos de cobros hasta la pérdida de vidas. Por mencionar algunos: Aumento de tarifa sin autorización, choferes agresivos con las y los usuarios, asaltantes, tienen cooptados los paraderos para unos cuantos, en la noche son usados como halcones, son usados para el trasiego de muchas cosas, se alquilan para llevar mercancía de un lado a otro, portan armas de fuego y armas blancas, muchas unidades no están en regla.
Por eso es muy común ver taxistas ejecutados con arma blanca o armas de fuego. Su oficio se ha tergiversado en busca de un oficio que sea redituable. El pago por el servicio ya no deja para vivir, han quedado atrás los años de abundancia para los taxistas, los únicos que ganan son los concesionarios.
Por eso es que hay una desmedida resistencia por que llegue a Pachuca el servicio de Uber, porque habría que imaginarse cuántos negocios se vienen abajo, cuántos miles y miles de pesos dejarían de recibir las familias acaudaladas del transporte, cuánto dinero ilícito dejaría de circular.
No es para nada fácil el cabildeo para dar paso a Uber, porque hay muchos intereses de por medio, pero es algo que debe ponerse al centro de la discusión, porque los hechos que han ocurrido en menos de una semana, donde lamentablemente una persona perdió la vida en manos de un taxista, pone en jaque a las autoridades, porque habla no sólo de una descomposición en el transporte, ni sólo una falta de capacitación a los operadores. Además representa una burla para las autoridades que muy poco pueden hacer ante este monstruo de mil cabezas.
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