Los vaivenes de las presiones hacia el 4º Piso en Palacio de Gobierno se ciernen frente a la sucesión transexenal 2028, dejando una estela de dudas hacia la ciudadanía que intentan capitalizar los intereses de “mano negra”, aquellos que intentan posicionar sus piezas políticas para gobernar tras bambalinas, bajo intereses no sólo de poder político, sino, también, de poder económico.
Los zares de las estrategias del poder, algunos con pericia y otros en pro de sus propias especulaciones, nuevamente comienzan una campaña de empuje contra el 4º Piso, lo mismo en los corrillos políticos que en las redes sociales y en las sesiones y reuniones petit comité. Pese a que estos intentos se han dado tras bambalinas, el juego de intereses devela las caras ocultas y pone para el análisis crítico una georreferenciación política aguda.
La mano negra
Es sano que la clase política tenga intereses en la izquierda y la derecha, por y para posicionar en la gubernatura de Hidalgo una de sus piezas y para encumbrar sus aspiraciones y proyecto político. Sin embargo, los movimientos que se perciben de “mano negra”, como la precipitación en redes sociales de nombres y escenario especulativos, así como las reuniones en fiestas y sesiones de petit comité, dejan claro que esto no es un escarceo propio de una intención de conducción política en pro de posicionar una idea o proyecto de partido. Se trata del uso de una maquinaria de poder que se encarama para debilitar o fortalecer apetitos y fuerzas políticas.
Caras y guiños políticos
La erosión del PRI en Hidalgo ha segregado a los políticos de la vieja guardia que, bajo un esquema de centralidad del poder político, han sucumbido ante la dirigencia de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano que prácticamente los han enviado al exilio político, tal y como sucedió con el tigre Miguel Osorio Chong a nivel del PRI Nacional.
El exilio político presenta una lista clara y relega a otrora protagonistas del partido tricolor como Francisco Olvera, José Antonio Rojo, Nuvia Mayorga o Geraldina García en un tintero inagotable de aquellos que tuvieron luz y hoy están en la sombra.
Es en este trazo donde las caras y guiños políticos frente a la sucesión gubernamental del 2028, desde la oposición, no sólo se encaraman en el éxodo hacia Morena, sino, también, desde partidos como Movimiento Ciudadano, que intenta atraer a figuras que pudieran incrementar su capital político con la fuerza que aún les queda en operación y cooptación social.
La bandera guinda
No obstante, los reflectores apuntan al amo y señor que es Morena. En este dilema de la toma de decisiones, el 4º Piso no se encuentra exento de presiones y juegos de intereses que han ido también apretujando al partido que dirige Marco Rico y que, desde Morena Nacional, Luisa Alcalde ya multiplica sus recomendaciones hacia la cúpula dirigente del partido guinda en Hidalgo.
Algo sobresale para el análisis político, ¿quiénes en la fuerza política de Morena Hidalgo se perciben descartados de la carrera a la gubernatura y han comenzado a empujar a las y los que sí presentan posibilidades?
En esta atmósfera queda claro que el que tras bambalinas intenta posicionar a alguna posible candidata o candidato tiene en sus manos dos condiciones: fuerza operativa y cargo público.
La mano negra va más allá del juego político. Ya se ciernen intereses económicos claros que son parte de la dinámica del poder de los que tienen fuerza operativa y cargo público, por lo que la dirección de la contienda a la gubernatura en 2028 y las presiones hacia el 4º Piso ya engarzan los vectores de más de tres empresarios que en petit comité con personeros públicos, en estos días, se han movido en dirección a Morena.
