Mientras Carolina Viggiano, con justa razón, pero con poco alcance político, echó las campanas al vuelo en los triunfos discretos del PRI en Durango y Veracruz, el PRIAN en el Congreso de Hidalgo ya avizora que quedará fuera de la discusión y aprobación del periodo de 2 años de sucesión transexenal 2028.
Al existir una indeterminación legal de ingeniería constitucional hacia el periodo de la sucesión transexenal 2028, y quedar en vilo la aplicación de la reforma de alternancia política de género, mis únicos y queridos lectores, es el Congreso donde la mayoría de Morena lo vuelve el amo y señor de toda iniciativa, propuesta e inclusive arenga política, al que le toca decidir si “habemus gobernadora o gobernador” es al sacrosanto Congreso local que preside el diputado Andrés Velázquez.
Habemus gobernadora o gobernador
Las liturgias políticas son tan sagradas como las liturgias eclesiásticas y, en ambos casos, el poder terreno se impone al divino.
Sin mayores preámbulos, las presiones que ha tenido el 4º Piso sobre la sucesión gubernamental del 2028 ya apretujan y estrujan a las y los suspirantes que se encuentran esperando la definición del Congreso local en la minuta política para esclarecer si “habemus gobernadora o gobernador”. La suspicacia sobre este proceso no es menor, porque no sólo existen intereses de la izquierda en juego, sino, también, de la derecha que ya ha movido piezas y que ha tenido reuniones petit comité con empresarios locales y uno que otro inversor externo.
En este maremágnum de suspicacias, la operación política con grupos de la Huasteca comenzó a inquietar a la derecha en Hidalgo, que ha tenido diálogos primarios sobre las implicaciones que se presentan sobre la sucesión transexenal del 2028. Los movimientos regionales de operación política que fueron descuidados por el PRIAN ya toman relevancia en las conductas y dinámicas de un asociativismo creciente en sus fuerzas.
A contracorriente, también las fuerzas del PRIAN realizan cálculos sobre las y los candidatos que en Morena pueden lograr la nominación. Las maquinaciones no se hacen esperar porque una candidata o candidato débil es el modo de redireccionar, y una candidata o candidato fuerte es la antesala de estrechez y estresor político.
El estresor político
El “habemus gobernadora o gobernador” también tiene tiempos y movimientos. La bancada de Morena en el Congreso local no puede dejar de hacer la lectura política del proceso que debe diseñar en la ingeniería constitucional de la sucesión a la gubernatura de 2028; en este trazo, el momento debe venir perfilado tanto por el gobierno federal y la fuerza política en aprobación que condense en esos instantes la presidenta Claudia Sheinbaum, como por la operación política de los comités ciudadanos y su impacto en el proceso, operada por Luisa Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán -ex Andy-, así como el sondeo del capital político del gobernador Julio Menchaca, que en 2027 debe ser ejemplar e impecable.
Gobierno fuerte y partido débil
A lo largo de la administración del gobernador Julio Menchaca la fuerza política del proyecto morenista ha resultado inversamente proporcional entre el capital político del gobernador y el capital político del partido Morena Hidalgo.
Es notorio que mientras el gobernador presenta aprobación ciudadana desde una gestión de cercanía social, al partido que dirige Marco Rico le falta la aprobación y cercanía social de la ciudadanía. Morena opera por fuerza de impacto del capital político nacional en Hidalgo, mientras Julio Menchaca le ha dado al clavo en su gestión con su carisma y voluntad de servicio público.
En los corrillos políticos, Marco Rico ha sonado para dejar al partido guinda en Hidalgo, lo cual es una decisión que asemeja a una espada de dos filos: I. Si Marco Rico es relevado, se pierde una estela de imagen que, aunque débil, es visible en el imaginario político colectivo. II. Si Marco Rico es relevado, el cálculo de los tiempos y movimientos del “habemus gobernadora o gobernador” tendrían que darse en lo perentorio.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.