El PRI está en ascenso, mis únicos y queridos lectores, aunque ustedes no puedan creerlo y mucho menos dar crédito a esta noticia, el PRI está en ascenso.
El ascenso del PRI en la escena política nacional se ha presentado en el engrose ascendente de expriistas que se encuentran en diferentes puestos en Morena y, concretamente, en un nutrido contingente de extricolores que se han integrado a la bancada guinda en el Senado de la República.
A este ascenso de expriistas en Morena se le denomina como PRIMOR, en una ironía mayor que debe ser atendida a la luz de la doble cara y de un gatopardismo predispuesto desde la migración de expriistas a Morena, devela un escenario ascendente de las ambivalencias e infiltración tricolor.
Desde el primer año de la administración del gobierno de alternancia de Julio Menchaca en Hidalgo, la infiltración de expriistas en la estructura de gobierno perfiló una diáspora política del antiguo régimen que se mimetizó y camufló en las filas de Morena. En un principio, el gobernador Menchaca Salazar dio su anuencia al éxodo de los extricolores bajo la amnistía que había creado AMLO, que señaló que “quienes tuvieran una buena intención política, serían aceptados en Morena”. Empero, se engrosaba una espada de dos filos.
Las huestes de expriistas se aprestaron no sólo en Hidalgo, sino, también, a nivel nacional hacia un éxodo producto de la defección política del PRI, bajo intereses particulares y, en pocos casos, la migración tenía un trazo de autocrítica y conciencia política que había causado un viraje ideológico de la derecha a la izquierda.
Los contrapesos políticos emergieron en Morena
La infiltración y ascenso de expriistas que ha dado paso al PRIMOR condensa en estos días suficientes suspicacias en la palestra política para encaminar un cruce de estrategias de infiltración que pueden incidir en el control político del morenismo. En Hidalgo, la radiografía política tricolor no puede ser borrada ni cegada por decreto, por lo que, aunque el mapa geopolítico se tiñe de guinda, el rojo aparece en los imaginarios políticos con frecuencia.
El destierro del PRI en Hidalgo ha sido maquillado por el peso político de Morena. Empero, lo ocurrido en el Senado de la República, donde expriistas son fuerza morenista en acción, pone de relieve que las dos caras de la moneda política hacen del PRIMOR la mayor de las pesadillas a las que se puede enfrentar el gobierno de Claudia Sheinbaum y, en Hidalgo, la sucesión transexenal del 2028.
Las variables se multiplican en esta mutación genética del PRIMOR. Este escenario -del cual no me canso de repetir, mis únicos y queridos lectores, que, en Morena “ni son todos los que están, ni están todos los que son”- es la espada de dos filos que envuelve un velo de la crónica de una traición anunciada.
La amnistía de AMLO hacia la palestra política se ha convertido en el caballo de Troya en Morena, que, en Hidalgo, cuenta con un partido de mando débil y acotado a las arenas políticas donde, mucho antes de la infiltración de expriistas, ya sucumbía lo mismo por los remanentes del PRD que del Grupo Universidad.
La cronología ascendente de expriistas en Morena es un factor de contaminación política que debe ser analizado por la línea dura de Morena.
El PRIMOR se cierne con las estelas de una espada de doble filo con el juego de las dos caras de la defección, éxodo, migración e infiltración de un proyecto político indefinido en trazo ideológico en Morena.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.