Manaz (Pariyaz Izaydar) es una viuda iraní de cuarenta años comprometida con Hamid (Payman Maadi), su compañero de trabajo. Él, sin embargo, desea ocultar a sus padres que su prometida tiene dos hijos. Aliyar (Sihan Moebi), el mayor, es un adolescente rebelde que suele meterse en problemas por sus apuestas y su carácter explosivo.
Para recibir a sus futuros suegros, Manaz deja a sus hijos a cargo de su abuelo (Hazzan Pourshirazi). La tragedia ocurre cuando Aliyar cae por una ventana, y el golpe emocional se intensifica cuando Hamid confiesa estar enamorado de Mehri (Soha Niasti), la hermana menor de Manaz.
Ella y su hijo, octavo largometraje de Saeed Roustaee y parte de la LXXVIII Muestra Internacional de Cine, pretende exhibir las duras condiciones de vida de las mujeres iraníes. Sin embargo, el guion —del propio Roustayi junto con Azad Safarian— termina hundiéndose en los clichés de los melodramas mexicanos y turcos. El resultado es un culebrón de 131 minutos donde Manaz se transforma en una figura vengativa incapaz de asumir su responsabilidad en la muerte de su hijo, hasta encontrar una redención tardía en su sobrino.
Zan va bache es, en definitiva, un drama recomendable sólo para quienes disfrutan del género más clásico y estridente.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.







