El viernes pasado terminó el periodo que conocemos como “canícula”, que en pocas palabras es la época del año en la que llueve poco o de plano no llueve. La canícula dura aproximadamente 40 días y comienza inmediatamente después del solsticio de verano, que ocurre el 21 de julio. Se siente más en algunas regiones del país, en donde al tiempo que aumenta la temperatura, disminuye la intensidad de las lluvias; los estados más afectados son Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas y Yucatán.
Se ha insistido que en los últimos años las temperaturas en todo el mundo han alcanzado niveles no vistos en las décadas recientes, lo cual es consecuencia, de acuerdo a los expertos, de dos factores principales: las continuas emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la actividad humana y el fenómeno climático conocido como “El Niño“, que no veíamos desde hace tres años.
Estos factores están preparando el escenario para condiciones climáticas más extremas: sequías, incendios forestales e incluso huracanes, que obtienen su energía destructiva del calor en los océanos. En fechas recientes se han presentado evidentes muestras de lo anterior, como los incendios en Canadá, mientras que en Siberia se ha experimentado calor extremo, al tiempo que el hielo marino alrededor de la Antártida llegó a un mínimo histórico, según información que publica National Geographic de España.
De acuerdo a los expertos, la razón de que haga más calor o frío en determinados lugares del planeta depende de la inclinación del eje terrestre con respecto al sol, por ello, cuando en un hemisferio se registran las temperaturas más elevadas, en el opuesto se alcanzan las mínimas.
No está de más aclarar que a veces la canícula se extiende algunos días más debido al cambio climático, lo cual provoca sequías más fuertes y olas de calor en varios países. Al inicio del verano ni los mares ni la tierra han alcanzado su mayor temperatura superficial y la función termorreguladora de la temperatura del aire se queda corta, por lo que en algunas zonas del mundo el periodo canicular llega antes que en otros lugares más próximos a los océanos.
Así pues, oficialmente la canícula ha terminado y si bien las lluvias han sido escasas, esperamos que en breve aumenten. Es curioso, pero hablando de la región en la que vivo, no llueve lo mismo en Tepeji que en Tula, y me parece que siempre es más abundante por tierras tepejanas.
Hablando de lluvias, no está de más mencionar el temor de que Tula se vuelva a inundar como hace dos años, lo cual no fue culpa de la naturaleza sino del hombre, en este caso por la falta de pericia o de cuidado del personal tanto de Conagua como de la Comisión de Aguas del Valle de México.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
