El oportunismo político antidemocrático plurinominal se ha convertido en la bandera de eternización en un puesto y la negación de la voluntad popular en el escenario de la sucesión 2024.
El carrusel de aspirantes que el próximo 2 de junio habrán de tener acceso a puestos de poder político incluye a algunos integrantes de la vieja guardia en Hidalgo, como Carolina Viggiano y Francisco Olvera. Este escenario hace cuestionar profundamente el valor de las candidaturas plurinominales, las cuales privilegian la opacidad al no atender a la voluntad ciudadana por medio del voto.
La discusión de fondo radica en que sólo en contadas ocasiones el ciudadano tiene la oportunidad de participar en la democracia de manera directa, e incluso cuando está disponible esa opción predomina el abstencionismo, que es un reclamo sigiloso por la ineficiencia de la clase política en el poder.
La presencia de políticos de la vieja guardia de cara al proceso electoral revela dos cuestiones: la verticalidad del poder en los partidos que mantiene sometida a su militancia y el autoritarismo de la cúpula del poder que privilegia el camino del oportunismo en detrimento de la democracia.
El engaño que para la ciudadanía significan las candidaturas plurinominales está en la mira del presidente López Obrador, quien ha hecho extensiva su crítica al Poder Judicial, al Senado y a la Cámara Baja por la precaria representación ciudadana que ofrecen y porque se privilegia a la mafia del poder político.
Los cuestionamientos hacia este oportunismo político han trascendido a Morena Hidalgo, cuyo líder, Marco Rico, se ha pronunciado en contra de las rémoras del escaño que se pasean como buitres entre la carroña, creando presiones al interior del partido. Sin embargo, la opacidad o precaria visibilidad del método de encuesta en Morena ha ocasionado que los oportunistas hayan hecho del proceso de consulta vía encuestas, el epitafio de la democracia en el partido guinda en la entidad.
No se puede hablar de la historia del poder público de Hidalgo sin tener en cuenta el oportunismo político de la vieja guardia. La ficción antidemocrática plurinominal y la repartición de puestos públicos son un lastre que por décadas auspició la concentración del poder político en casi los mismos apellidos, creando una radiografía odiosa de la clase política.
El oportunismo político del antiguo régimen en Hidalgo también tiene retazos en los grupos políticos de infiltración partidista, como el GPI de Omar Fayad, por lo que la herencia del escaño no concluirá con la elección del 2 de junio de 2024.
