Canek Vázquez, el apestado de Morena

La elección del delegado especial de Morena para dirigir al partido político a nivel estatal se convirtió en una pelea entre los grupos de poder en su interior, pues en cuanto se escuchó que Canek Vázquez Góngora podía llegar a presidirlo por apoyos y vínculos nacionales, se desplegaron opiniones por parte de los comités municipales y diputados que pedían cerrar las filas entre morenistas de probada militancia.

A tal grado llegó el rechazo hacia Vázquez Góngora que no logró ser impuesto por amigos de la Ciudad de México, y ya tuvo que reunirse con Gerardo Sosa Castelán, el jefe político del Grupo Universidad, para cabildear su apoyo e imponerse sobre los militantes de Morena.

La imposición es el sello personal de Canek Vázquez Góngora desde sus años como priista, pues nunca ha logrado generar empatía entre la ciudadanía; su cargo como diputado plurinominal de Hidalgo se marcó por la falta de trabajo político, pero lo logró por su relación con las filas estatales.

Se trata de un personaje prepotente y corrupto que ha sido señalado por las borracheras que corre con sus amigos, donde es costumbre faltarle al respeto a las mujeres que se cruzan con él, o por lo menos eso fue lo que se dijo tras un palenque en Pachuca donde protagonizó una pelea a golpes.

El que quiere ser el próximo representante de la cuarta transformación en Hidalgo es uno de los más curtidos en el viejo régimen priista, que renunció al tricolor porque no le dieron una candidatura a diputado federal, que se ha caracterizado por sus peleas y extravagancias, con la virtud de la imposición.

Parece que Regeneración Nacional resultó ser una pifia y un ridículo refugio para expriistas denostados en el propio tricolor, el basurero que puede ser encabezado por el emblema de corrupción, traición y mentira. Habrá que esperar cómo pretenden los morenistas “limpiarle la carrera”.