Desde 1949, cada 8 de noviembre se celebra el Día Mundial del Urbanismo. Esta conmemoración es una invitación de carácter global en la que se reflexiona el papel de las ciudades en la economía mundial y las problemáticas y retos que enfrentan las urbes en la actualidad. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2050 el 90% de la población vivirá en ciudades, lo que hace necesario que los gobiernos y administraciones piensen con inteligencia en esa proyección que puede resultar más problemática que beneficiosa.
Hidalgo tiene tres zonas metropolitanas: Pachuca, Tula y Tulancingo, que forman centros de trabajo, vivienda y actividades económicas vitales para el desarrollo de la entidad. Sin embargo, hasta ahora no existe un modelo de cooperación intermunicipal claramente definido en cuanto a sus alcances y obligaciones. Éste es uno de los mayores retos que enfrenta el estado: encontrar mecanismos de gobierno generados en torno a las necesidades urbanas de estas zonas metropolitanas y no en función del proselitismo político.
Las ciudades engendran problemas que hemos visto exacerbados por fenómenos naturales como las lluvias, que en los últimos meses han dejado estragos importantes en diversos puntos del estado. Hacer frente a estos problemas implica renovar las formas de gobierno y abrir las posibilidades a esquemas de gobernanza y participación de la ciudadanía.
El asunto de las decisiones urbanas es que, como todo en este país, están llenas de corrupción y cadenas de favores que impiden un control inteligente y especializado de los problemas que se generan en nuestras ciudades. Cada vez más hemos atestiguado formas de organización vecinal y ciudadana que buscan manifestar sus inconformidades, pero aún no se ha encontrado la forma de construir un diálogo fuera del proselitismo y de los colores de los partidos en el poder.
El futuro está en las ciudades, pero si las cosas siguen como hasta ahora, habitar las urbes será una empresa imposible.
