Mientras el planeta se alegra del fin del mandato de Donald Trump, quien sacó a Estados Unidos de los Acuerdos de París y se burló de los efectos del calentamiento global, señalando que era un invento de los chinos para sacar a las empresas estadounidenses de los mercados y apropiarse de ellos, la Unión Europea acaba de proponer el objetivo de carbono neutral, con lo cual se ha dado un paso más para defender la supervivencia del planeta y de la vida en él.
Podríamos afirmar que el mundo está hoy de vuelta a la normalidad con la salida de Trump, aun cuando Jair Bolsonaro continúa destruyendo la Amazonia, y es que el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido que su país regresará a los Acuerdos de París el mismo día de su investidura (el 20 de enero), con lo cual mostrará que, en el futuro, ningún mandatario podrá llegar al poder sin respaldar la supervivencia de la vida del planeta y los electores no deberán apoyar a nadie que atente contra él.
Tres años después de haberse firmado los Acuerdos de París, los países están comenzando a asumir compromisos a la altura del desafío que plantea el calentamiento global y sus efectos sobre la población. Aun cuando no será una tarea fácil, los países que representan cerca del 75% del PIB mundial y, por tanto, son responsables de la gran mayoría de las emisiones de carbono, se han comprometido a buscar la neutralidad climática antes de 2050 y en 2060, en el caso de China.
En Estados Unidos, en 2018 las emisiones habían caído en un 10% respecto a 2005, ahora el programa demócrata está planteando destinar 2 mil millones de dólares para enfrentar los compromisos adquiridos en los Acuerdos de París. Esta nación, responsable de alrededor del 15% de las emisiones globales de gases que provocan el efecto invernadero, tendrá que presentar un nuevo compromiso para 2030, el cual esperamos que sea tan atrevido como el de los europeos. Hay que recordar que, antes del mandato de Trump, la Casa Blanca se había comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero del 26 al 28% para 2025, en comparación con el nivel de 2005.
Las emisiones totales de gases de efecto invernadero cayeron un 10.2% en 2018 en comparación con 2005 en Estados Unidos, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Aunque al planeta no le ha ido muy bien en la reducción de las emisiones de CO2 con la pandemia, que ha dejado en tierra aviones, reducido el transporte terrestre de pasajeros y el consumo de energía en los hogares, se espera que las emisiones de CO2 caigan 11% en este año, según las previsiones de la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA).
Esperemos que, con el regreso de Estados Unidos al concierto de las naciones, a los acuerdos multilaterales y a los Acuerdos de París, en México se pueda hacer más por cumplir con los acuerdos y reducir las emisiones de CO2, apostando a la modernización de la industria, a dejar de usar el carbón para generar energía y combustibles fósiles en general, privilegiando el uso de las energías limpias, venciendo la resistencia de quienes se oponen a priorizar las energías renovables.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
