Desesperado en la penumbra, mis ojos se llenan de ti, en las risas de los niños y en la luz del jardín. Cuando te pienso se aclaran los días aciagos, las penumbras de la inmadurez, aquella que me advertías en las mocedades, cuando caminaba por caminar.
Despertar con los ojos llenos de ti y sentir la primera risa cariñosa, la ternura que hoy nadie me entrega, quizá porque nadie es como tú, quizá porque mis pasos se pierden sin ti; no hay cumbres ni esteros, desiertos o lagos, te has ido como el viento en tempestad, como tiempo de niño, así te vas.
Muero piola, me chanto postrado en los recuerdos, sigo cansado de las melodías sin piso, pero pretendo estar en la tierra mía, en la arena junto al barquillo, sin pensar en nada, a tu lado en tus brazos, a tu lado con la espalda húmeda, en ese sol cálido del verano donde éramos felices.
La vida se camina con prisa y sin prisa, no siempre se apretuja y aprisiona entre los dedos, pero al correr de los años parece escaparse, diluirse con el pesar de los recueros, ingratos o gratos, de los padres o los hijos, de aquello que toca las entrañas y las estremece, en ese remolino de la memoria que llega a extraviarse.
Cómo no pensarte en tus canciones, en ese tango que llevo impreso en el rostro y en el corazón, en esas calles de mi Santiago querido, allí donde se quedaron mis primeros pasos, allí donde el frío corta las mejillas, donde la suave primavera me regalaba tus manos blancas, allí donde en un boliche de barrio nos tomamos una bebida aguardando a mi padre.
¿Dónde estás?, ¿por qué te has ido?
Muero piola, muero piola.
Ya nadie entiende mi desolación, me he convertido en extraviado de mí mismo, preso de los recuerdos sin espacio, sin sentido, pero cuando te pienso retorno con la fuerza de nuestro amor, querida madre.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
