Este lunes inició en Nueva York la Cumbre de Acción Climática convocada por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres. Varios jefes de Estado y de Gobierno se encuentran discutiendo acciones concretas para enfrentar el calentamiento global, entre ellas, los más de 500 millones de dólares para la reforestación y protección de bosques tropicales.
Los medios señalan que, poco antes de la apertura de la Cumbre, en la reunión sobre la Amazonía, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, recordó que en la Cumbre del G7 (G7) en Biarritz se prometió la liberación de 500 millones de dólares adicionales para el Amazonas y otros bosques tropicales; mientras que, paralelamente, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y la ONG Conservation International, anunciaban un programa de ayuda con apoyo de donantes, entre ellos Alemania y Francia, además de la disposición de más de 190 millones de euros aportados por la Unión Europea para financiar proyectos para la preservación de la biodiversidad, el desarrollo de una cadena de valor sostenible, la gestión sostenible de los suelos, la promoción del conocimiento tradicional y la cooperación transfronteriza.
¿Y Brasil? Bien, gracias…
Las autoridades corruptas del gobierno de Brasil parecen estar decididas a enfrentar la crítica internacional. Después de los incendios que han destruido la selva del Amazonas y levantado la ola de protestas en contra del gobierno de Bolsonaro, Brasil ha boicoteado la Cumbre y no quiere oír los reproches de la comunidad internacional.
La ausencia de ese país desencadenó la ironía de parte del presidente francés, quien se preguntó: “¿Cuáles son nuestros riesgos? El primero, el elefante en la habitación, o más bien el que no está allí, ¡Brasil! Todos piensan, ¿cómo vas a vivir sin Brasil? Brasil es bienvenido”. El mandatario galo afirmó que “todos quieren trabajar con Brasil, vendrá, tengo la esperanza de que los próximos meses traigan las soluciones políticas para avanzar”, e indicó que se delineará un plan de acción para ser presentado en la COP25, a efectuarse en Chile en diciembre.
Greta Thunberg, portavoz de las nuevas generaciones
Pero mientras los hombres políticos discutían sobre las acciones para detener el calentamiento global, una joven sueca de 16 años, Greta Thunberg, alzaba la voz para exigir acciones reales para salvar a la Tierra de la destrucción, comprometiendo a los niños y jóvenes del planeta a realizar todos los viernes una huelga en sus países para protestar contra la inactividad de los líderes mundiales frente al deterioro de la vida en el planeta.
Precisamente ahí, quince jóvenes de entre 8 y 17 años, incluida Greta Thunberg, denunciaron la inacción de los líderes mundiales contra el calentamiento global de la Tierra, acusándolos de incumplir con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, al quedarse con los brazos cruzados frente al deterioro de la vida en todo el mundo, presentando denuncias contra al menos cinco países, entre ellos Estados Unidos y Brasil, quien ha dejado quemar extensas partes de la Amazonía en estas semanas.
Las palabras no salvarán a la Tierra
Y los jóvenes no están equivocados, pues hasta hoy sólo han escuchado promesas, cumbres y comunicados de prensa con los que se ha pretendido enfrentar el calentamiento global. Las discusiones sobre el Plan de Asistencia para Bosques Tropicales, las promesas para el Fondo Verde y las iniciativas privadas han marcado la Cumbre de Acción Climática en Nueva York; sin embargo, alrededor del mundo los ambientalistas se están movilizando para que la Cumbre sea algo más que una nueva reunión, donde los líderes mundiales prometan nuevas acciones que nunca cumplirán.
En tanto, Antonio Guterres ha pedido una inversión urgente para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Guterres señaló: “Apelo a su audacia; no tengamos miedo de ser ambiciosos”, mientras que el jefe de Estado francés, Emanuel Macron solicitó a los jóvenes de todo el mundo que se movilicen por el clima y se centren en acciones concretas para proteger la biodiversidad; no sin antes acusar al gobierno de Polonia, de Estados Unidos y de Brasil, de la inacción frente a la destrucción del planeta. Asimismo, veinticuatro bancos de desarrollo, en el marco de la Cumbre, se comprometerán a abogar para que sus gobiernos implementen acciones que garanticen el cumplimiento de los Acuerdos de París.
Sin duda alguna, la Cumbre de acción climática deberá ser una nueva oportunidad para que los líderes mundiales se comprometan con acciones reales para luchar contra el cambio climático. Convencido del daño de la retórica a la acción contra el calentamiento global, Antonio Guterres cuestionó si sigue teniendo sentido dar miles de millones de dólares en dinero público a las industrias de combustibles fósiles, si sigue teniendo sentido construir plantas de carbón, o recompensar la contaminación, y enfatizó que es hora de reemplazar los impuestos sobre los salarios por un impuesto sobre el carbono; todo esto mientras espera que se multipliquen las iniciativas públicas y privadas para detener el calentamiento global.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
